Modelos de gestión anacrónicos, desequilibrios entre ingresos y egresos y
ausencia de transparencia en el manejo institucional.
En estos últimos
12 años el fútbol ecuatoriano ha logrado éxitos deportivos nunca antes
vistos a nivel internacional, tanto con selecciones como con clubes.
También se observa un importante crecimiento económico en el fútbol
nacional: mientras la economía nacional crece a una tasa promedio en
los últimos cuatro años a un ritmo del 5%, la del fútbol lo ha hecho al
8%. Sin embargo de esta realidad deportiva y económica, en el ámbito
administrativo y financiero de los clubes se observa una situación
compleja: modelos de gestión anacrónicos, desequilibrios entre ingresos
y egresos, y ausencia de transparencia en el manejo institucional,
conjunto de elementos que han puesto en riesgo el sistema organizativo
de este deporte. Este tránsito empieza en la década de los noventa, en
el marco del proceso de globalización. Allí están la modificación de
los torneos nacionales relacionados a la apertura de los mercados de
futbolistas (Febrero, Junio) y la definición de las fechas FIFA), que
son parte de la constitución de un mercado unificado de futbolistas
(pie de obra), de los clubes (unidades empresariales) y de torneos a
nivel mundial (mercado). La nueva lógica del fútbol bajo una economía
unificada, exige que los clubes –a través de la modalidad de gestión que
sea- generen las condiciones de "competitividad" y no solo de
"competencia", partiendo de la reinvención de sus marcos
institucionales, porque, caso contrario, el fútbol y los clubes que lo
practican, pueden quedar históricamente rezagados. De allí también nace
la inflación del costo de los futbolistas: el precio internacional fija
la base del jugador nacional y los nuevos actores paralelos
(fideicomisos, grupos empresariales) y mediadores (empresarios
deportivos, marketing) tienden a incrementar el precio y, sobre todo, a
que los clubes se descapitalicen. De esta manera, los clubes pierden
patrimonio, los grupos empresariales obtienen utilidades y las
dirigencias inflan presupuestos, porque deben obtener resultados
deportivos de manera inmediata, debido a la presión de su historia, de
sus hinchas y de los medios de comunicación. Por ello la salida
estructural que se perfila, nada fácil, proviene de la necesidad de
modernizar el fútbol nacional, sobre la base de tres elementos
interrelacionados: modelos de gestión modernos, presupuestos
equilibrados y transparencia administrativa.
Por: Fernando Carrión Mena.
Fuente: http://www.superlaserfm.com.ec/prueba2/index.php?option=com_content&view=article&id=725:futbol-ecuatoriano-en-la-peor-crisis-economica&catid=1
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