Desafortunadamente para sus adversarios políticos el candidato "Pitulo" les lleva una ventaja que difícilmente podrá ser controlada. Su economía, basada en la pequeña minería y otros negocios, aparte del campo político, le permiten tener una solvencia para afrontar los gastos de una campaña, en la que a la gente por cultura proselitista hay que darle: hojas de zinc, balones, cemento, pintura, manguera, hierro, y más materiales. Aunque también, solicitan ayudas económicas para: fiestas barriales, conciertos de artistas, apoyo solidario, y hasta para la sacar la cédula perdida o la java de cerveza para amenizar una conversación o calmar la sed después de un partido de índor o ecuavoley. En ese tema "Pitulo" no tiene reparo en meter su mano al bolsillo y sacar los billetes necesarios para suplir esa aparente necesidad. Y el pueblo a cambio de ese desprendimiento; otorga su voto.
Hay una frase popular manejada en su campaña "Pitulo es Pueblo", y no se equivocan, pues su carisma para entenderse con la gente en la vida cotidiana es muy natural.
"Pitulo" solo ha terminado la primaria, sin embargo, ha sido su mayor fortaleza, pues la gente de las comunidades se siente identificada con él. Salir adelante, es decir, prosperar habiendo salido desde abajo, es lo que le causa empatía a la gente que lo apoya.
Su lenguaje sencillo, oportuno para con sus seguidores le han dado la confianza para participar nuevamente hacia la Alcaldía, de un cantón que es la entrada a la Amazonía del Ecuador, por el lado Sur.
El factor económico es una herramienta clave dentro de la campaña política. En el Ecuador, no gana el mejor preparado, ni el que tiene mejores propuestas políticas, gana quien se gane el cariño de la gente. Quien con verdad o demagogia, hable el lenguaje que le gusta al pueblo.
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