Según datos difundidos por el Legislativo Salvadoreño, los Estados de Excepción han permitido a las autoridades detener a más de 60.000 pandilleros, así como decomisar a grupos criminales 1,4 millones de dólares, 14.230 teléfonos celulares y 2.448 vehículos.
Los mareros (pandilleros-delincuentes) piden al Presidente Nayib Bukele, que les perdone y que no volverán a realizar acciones en contra de ningún ciudadano.
Bukele, es un Presidente que ha colocado a los mareros contra las rejas, las eliminado la calidad en su alimentación, les ha quitado la señal de teléfono, ha prohibido vajilla metálica, incluso les ha restringido útiles de aseo como el cepillo de dientes. Por lo que los mareros han empezado a tener afecciones en su salud general. Algunos han fallecido. Ante ello los grupos de Derechos Humanos, solicitan que se los trate como a seres humanos, que se les devuelva sus derechos de alimentarse bien, de ser atendidos con medicinas acorde a sus enfermedades, y que se les permita tener señal de celular para que se puedan comunicar con sus familiares a quienes no ven y extrañan mucho.
Bukele, está construyendo una cárcel de máxima seguridad que, según él será un ejemplo para el mundo entero, ya que aparte de controlar a los grandes delincuentes, les hará trabajar para que produzcan su propia comida y no sean un peso para el Estado Salvadoreño.
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