BABAHOYO ·
La llamada telefónica que Carlos Mina recibió anoche fue para darle la mejor noticia de su vida. “Le estamos llamando desde la Dinapen de Guayaquil para hacerle conocer que nosotros tenemos a su hijo”, recuerda que le dijeron los policías.
Desde ese momento el ‘alma le volvió al cuerpo’ y el corazón se le
quería salir de felicidad. “Y cómo no voy a estar feliz si después de
cinco días que mi hijo estuvo desaparecido, gracias a Dios lo vuelvo a
ver sano y salvo”, expresó entre lágrimas el emocionado padre, quien
contó que desde el fin de semana las horas se le hacían una eternidad,
pues moría de la ansiedad por volver abrazar a su pequeño Jordhy de 9 años.
Entrega
El acto de entrega formal se lo realizó la mañana de
hoy, jueves siete de septiembre de 2017, en el Comando de la Subzona de
Policía #12 de Los Ríos (Babahoyo), sitio en el que desde temprano
aguardaban los familiares.
Según el jefe de la Policía en Los Ríos, Juan Carlos Iza, el menor
oriundo de Quito fue localizado en la Terminal Terrestre de Guayaquil.
Allí, las primeras personas que notaron su desesperación se contactaron con funcionarios de la terminal y
estos a su vez con la Dirección Nacional de Policía Especializada para
Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen), entidad que de inmediato lo
trasladó hasta una casa de acogida para la atención respectiva.
“Al parecer, el padre del menor se descuidó y su hijo se perdió. En
ese sentido, en lugar de ubicarlo en un transporte que lo lleve hasta su
sitio natal, lo embarcaron en uno que lo llevó hasta Guayaquil”,
informó.
Detalles
Iza destacó que el trabajo de la prensa (entre ellos Diario La Hora, quien dedicó una página y parte de su portada con la historia
de la desaparición) fue fundamental para que la Policía tenga una
conexión más inmediata y se obtengan resultados positivos, pese a que la
situación era compleja porque no existían métodos de comunicación entre
el padre y su hijo.
El niño fue encontrado en buen estado físico, sin rastros ni signos
de maltrato, aunque según el oficial de Policía, presentaba un impacto psicológico al verse solo y lejos de su familia por varios días.
Al final del reencuentro, después de los fuertes abrazos y las
lágrimas de alegría, la familia se marchó con rumbo a Quito, donde el
pequeño, quien sueña con convertirse en futbolista profesional, retomará
sus estudios, que a propósito en la Sierra iniciaron esta semana.
“Estoy agradecido con todos quienes nos ayudaron.
Con la horrible experiencia que viví les recomendaría a los padres de
familia que en todo momento tengan mucho cuidado con sus hijos y que no
los descuiden”, puntualizó Mina.
Fuente: La Hora.
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