El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, quien ayer negó haber asumido el cargo de Presidente de la República, reiteró la convocatoria a una movilización en las calles el próximo 23 de enero y dijo que esta constituirá el "primer llamado a la acción" para desalojar a Nicolás Maduro de la Presidencia que la usurpa, según la oposición.
El líder de la Cámara añadió que esta protesta, en el marco de la conmemoración de los 61 años de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, será "fundamental" para exigir a Maduro "que cese la usurpación y respete la voluntad de los venezolanos".
"Hoy tenemos todas las piezas del rompecabezas: tenemos el respaldo social y el acompañamiento internacional, ahora toca armar ese rompecabezas y la protesta del 23 de enero es fundamental para eso", aseveró.
Asimismo, volvió a pedir la ayuda de "todos" para lograr una transición política en Venezuela, un país golpeado por la peor crisis económica de su historia.
Maduro juró el jueves ante el Supremo de nuevo como Presidente, lo que le mantendrá en el cargo al menos hasta 2025, pese a las peticiones de parte de la comunidad internacional y la oposición para que no lo hiciera y convocara a comicios "libres".
Sus detractores señalan que, al haber sido reelegido en unas elecciones consideradas fraudulentas y a las que no se presentó el grueso de la oposición por estar presos o inhabilitados sus principales dirigentes, su legitimidad está lesionada.
El Parlamento, el único poder que controla el antichavismo, adelanta una hoja de ruta para desalojarlo del cargo, que ejerce desde 2013, y aseveró ayer, en la vocería del propio Guaidó, que asumirá "las competencias de la encargaduría de una Presidencia de la República", no sin advertir que el mero decreto no será suficiente.
Canciller propone cumbre
Mientras tanto, el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, propuso ayer una cumbre de países americanos para lograr el "acercamiento" y vencer la presunta "intolerancia política" que, dijo, se aplica en la región contra el Gobierno de Nicolás Maduro, cuya legitimidad no reconoce parte de la comunidad internacional.
Maduro, por su parte, dijo que el "conflicto" de desconocimiento mutuo que mantiene su Gobierno con la oposición es "estéril", al tiempo reiteró su llamado a un diálogo político que destrabe la severa crisis que atraviesa el país caribeño.
Trece de los catorce países del Grupo de Lima, críticos con la Administración del Presidente venezolano, señalaron hace una semana que no reconocen la legitimidad de Maduro, quien fue reelegido en los comicios de pasado mayo, que tachan como "fraudulentos".
Asimismo, la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá han cuestionado la legitimidad de Maduro, un exfocher de autobús y exsindicalista de 56 años que gobierna Venezuela desde 2013.
Total aislamiento
° José Miguel Vivanco, director de la ONG Human Rights Watch dijo que Maduro está en un “grado de aislamiento nunca antes conocido”.
“La mejor evidencia del total aislamiento de Maduro frente a la comunidad internacional es que a penas cuatro jefes de Estado se hicieron presentes (en su posesión) de esta región: Bolivia, Nicaragua, Cuba y El Salvador”, señaló.
Coincidiendo con la ceremonia que marcaba el inicio del segundo mandato de Maduro, la OEA convocó una reunión extraordinaria y aprobó una resolución para declarar ilegítimo el nuevo periodo presidencial. La moción fue aprobada por 19 votos a favor, seis en contra, ocho abstenciones y una ausencia.
Fuente: EFE
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