Brasil empató 1-1 ante Suiza ayer en su
debut en el Mundial de Rusia y reavivó los miedos de hace cuatro años,
dejándose igualar por los europeos en un partido donde todavía se vio a
un Neymar a medio gas.
Philippe Coutinho abrió el marcador a los veinte minutos con un golazo desde fuera del área, especialidad de la casa, pero los suizos igualaron a los 50 con un cabezazo de Steven Zuber que pone a la aplaudida 'canarinha' de Tite de nuevo frente a sus traumas.
Llevaba Brasil cuatro años esperando por esta noche. 1.441 días que parecían toda una vida para esta Seleçao que conoció el infierno en casa, y aún tuvo que caer más bajo antes de despertar de la peor pesadilla de su historia.
Entonces llegó Tite, lo cambió todo y Brasil comenzó a recuperar el crédito. Pero las dudas y las heridas solo podrán sanar en Rusia. Por lo de ayer, esas heridas siguen presentes.
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