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sábado, 22 de marzo de 2014

Clèver Jimènez, está a buen recaudo, segùn Twitter de Quishpe.

Segùn la cuenta social Twitter del prefecto de Zamora Chinchipe, Salvador Quishpe, el asambleìsta Clèver Jimènez, no està detenido. 

"Gracias a Clèver Jimènez por escucharnos para ponerse a buen recaudo y no dejarse llevar preso. Cuidaremos de èl", sostiene Salvador Quishpe.
                           Nadie sabe dònde està el asambleìsta Clèver Jimènez
                                                     
Sobre este tema Diario Hoy, publicò lo siguiente:

La prisión de Cléver Jiménez

Publicado el 22/Marzo/2014 | 00:55
Marlon Puertas

mpuertas@hoy.com.ec

Cléver Jiménez, a esta hora, ya debería estar preso. Con sus huesos en una celda. Su nombre pasaría a tener las iniciales de PPL, la revolucionaria manera de decirle a un hombre libre que ya no es libre, que ahora es un reo. 

Pero fíjense que no. Jiménez sigue libre, aunque la sentencia que lo condena a 18 meses de cárcel por haber injuriado a quien intenta hacerme competencia con su sabatina, ya está ejecutoriada. Eso significa que ya no se puede hacer nada más. Y que la policía hace rato, debió recibir la orden de detener al asambleísta de Pachakutik.

No ha ocurrido todavía y es curioso. Déjenme elucubrar: alguien por ahí está nervioso y tal vez arrepentido de imponer su castigo a quien se convirtió en una piedra molestosa en su zapatote. Alguien por ahí debe estar haciendo cálculos, y no precisamente matemáticos. Deben ser cálculos políticos.  Los típicos suma y resta que hacen aquellos que toman decisiones, muchas veces guiados por su hígado, y en muchas otras, influenciados por el que dirán.

En algo fallaron esos cálculos. Seguro no faltó quien pensó por ahí que Jiménez huiría con la primera señal que sería castigado con prisión. Que, emulando a su asesor Fernando Villavicencio, busque refugio en la cálida atmósfera de Miami, la tierra que recibe por igual a los amigos y enemigos de la revolución bolivariana y correísta.  Pero no.

El pequeño Jiménez rompió el molde y decidió quedarse, dispuesto a enfrentar las consecuencias. Camina tranquilo por la Asamblea, acude a sus sesiones y cuenta las horas que le quedan como legislador. Ah, es que una vez que caiga en prisión, dejará de ser asambleísta, ustedes lo saben. Sin importar que haya sido elegido por su pueblo, el amazónico, integrado por gente tranquila, paciente, aguantadora, pero que como todos en la vida, tienen su capacidad de aguante limitada.

Así que el incómodo Cléver los puso a dubitar, a deshojar margaritas que inevitablemente terminarán en la peor suerte, porque para eso existe una Corte de Justicia, para que haga respetar sus fallos. Pero lo que es malo para este opositor, va a ser peor de malo para sus acusadores. Eso lo saben. Ya evaluaron, con sensatez, el fatal antecedente que representó el castigo a la caricatura de Bonil, que ni siquiera es opositor, pero fue capaz de poner su volquetada de arena en la derrota del 23-F. 

Para arrepentimientos, ya es tarde. Una sentencia judicial no es una resolución del IESS firmada por el Corcho, que se puede deshacer tan fácil y con su autor echado a un costado.

  Cléver Jiménez podría ser otro preso de la república y su caso, convertirse en emblemático, pese a que no es el primero. Y puede ser así, porque su voz fiscalizadora -¿la única?- apuntó a hechos en los que el propio gobierno terminó dándole la razón, como el escándalo de los seguros sin reaseguros. Otras de sus denuncias han quedado como en el limbo, con gente que ya no está en su puesto y que ahora prefieren pasar de agache su retiro. Denuncias que pueden retornar con fuerza, aunque su impulsador esté tras las rejas, como un PPL más.
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Autor: Marlon Puertas - mpuertas@hoy.com.ec 

Fuentes: https://twitter.com/SalvadorQuishpe
                            http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/la-prision-de-clever-jimenez-603131.html

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