A las 22:00 todos deben estar en casas. Todos, menos los militares y policías que desde el 27 de febrero responden a un Estado de excepción decretado tras el atentado con un carro bomba, la madrugada de aquel 27.
Era sábado en la madrugada, cuando se escuchó la detonación del artefacto colocado por gente relacionada con el narcotráfico, según las autoridades de seguridad, las que ahora ven en San Lorenzo el lugar de estricta vigilancia.
Era sábado mediodía y otra vez San Lorenzo volvió a romper su rutina. En esta ocasión, unos 10 hombres con armas asentados en la comunidad de El Pan, dispararon al grupo de reconocimiento de las Fuerzas Armadas. Los militares repelieron el tiroteo, detuvieron a uno, pero en el segundo enfrentamiento, ya casi al caer la noche, se les escapó.
Avión de guerra
“No nos vamos a amedrentar ante estos grupos disidentes. Podemos garantizar que el Gobierno estará vigilante para que hechos como el de San Lorenzo no se repitan. Felicitaciones a nuestros soldados que resguardan la frontera norte, sigamos trabajando por el bienestar de nuestros compatriota”, fueron las publicaciones del ministro de Defensa, Patricio Zambrano, en su cuenta de twitter.
Sus comentarios se sintonizan con los frecuentes sobrevuelos de aviones de guerra que desde hace cuatro días surcan los cielos del norteño cantón de Esmeraldas, frontera con Colombia, país con el que Ecuador, hará fuerza común para combatir al narcotráfico; según el reciente acuerdo.
“(Como País) estamos mandado el mensaje a los grupos ilegales colombianos y al narcotráfico que acabamos de unirnos con Colombia, vamos a ser aliados y les declaramos la guerra. (…) Lo que se debe hacer es cuidar la frontera cada uno en sus espacios y no conformar una fuerza conjunta”, lo analiza el coronel retirado y experto en seguridad, Mario Pazmiño.
‘No aumentamos militares’
El jefe del Comando de Operaciones Norte (Coopno), Jhon Merlo quien lidera los tres batallones que de la provincia de Esmeraldas, descartó el aumento de militares luego del tiroteo del sábado en El Pan. “Mantenemos operaciones con personal perteneciente a batallones del sector y grupos especiales del Ejército”, precisó.
Mientras se mantienen los controles en la frontera norte del Ecuador, la gente de San Lorenzo trata de vivir su atípica cotidianeidad en medio de más policías y militares caminando entre ellos, la mayoría hombres, mujeres y niños de piel negra. (DHL)
Fuente: La Hora
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