En "Río 2016" ganó sus dos primeras peléas y este domingo puede asegurar una medalla para Ecuador.
En su segundo combate Carlos Mina desatendió a su esquina y decidió “meterle candela” desde el campanazo inicial.
Otrora peleador callejero, al ecuatoriano le salió bien su estrategia y superó un combate apretado el miércoles para avanzar a los cuartos de final de los pesos semipesados del boxeo olímpico.
Mina le ganó por decisión dividida (2-1) al irlandés Joseph Ward para quedar a un paso de atrapar al menos el bronce en la división, una buena noticia para su país que poco antes sufrió el revés de su minimosca Carlos Quipo en cuartos.
Se medirá el domingo contra el francés Mathieu Bauderlique por el paso a las semifinales.
El ecuatoriano —de familia pobre y quien en su niñez se entraba a golpes en la calle con otros chicos para conseguir dinero— dijo que la esquina le pidió que entrase cauteloso y estudiara al rival los primeros pasajes, ante un público en la arena de Riocentro que volvió a respaldarlo bulliciosamente.
“Teníamos otra táctica con mi entrenador Pedro Salgado en el ring y traté de hacerla en los primeros segundos, pero después dije ‘no, esto para mí es otra cosa”’, señaló el oriundo de Guayaquil, de 24 años. “Vamos a resolverlo de inmediato. Voy a hacer lo mío. Voy a meterle candela…”.
“Resultó”, afirmó. “Cuando subí al ring lo vi con una cara como diciendo que ‘soy el mejor’, pero esa actitud también me llevó a encararlo como fiera”.
Es el tipo de actitud, recuerda, que utilizaba en la calle cuando tenía que defenderse de otros muchachos más grandes que él y que buscaban golpearlo para quitarlo el dinero.
“Deben saber que me crie en la calle y allí comencé a tirar mis primeros puños”, mencionó.
Mina dijo que llegó al boxeo no necesariamente como una vía para superarse en la vida y salir del peligro de las calles. Más bien —contó— que entró al deporte porque desde niño le llamaba la atención los guantes que utilizan los boxeadores.
“Los guantes eran para mí como juguetes; nunca los había visto en la vida real y por eso quise entrar al ring”, aseguró Mina, quien tiene un corte en la frente que le ocasionó un cabezazo con el cubano Julio César La Cruz en los pasados Panamericanos. Pues esos guantes lo tienen a un solo combate de hacer algo grande para su país: alcanzar la primera medalla en la historia del boxeo olímpico.
Se medirá el domingo contra el francés Mathieu Bauderlique por el paso a las semifinales.
El ecuatoriano —de familia pobre y quien en su niñez se entraba a golpes en la calle con otros chicos para conseguir dinero— dijo que la esquina le pidió que entrase cauteloso y estudiara al rival los primeros pasajes, ante un público en la arena de Riocentro que volvió a respaldarlo bulliciosamente.
“Teníamos otra táctica con mi entrenador Pedro Salgado en el ring y traté de hacerla en los primeros segundos, pero después dije ‘no, esto para mí es otra cosa”’, señaló el oriundo de Guayaquil, de 24 años. “Vamos a resolverlo de inmediato. Voy a hacer lo mío. Voy a meterle candela…”.
“Resultó”, afirmó. “Cuando subí al ring lo vi con una cara como diciendo que ‘soy el mejor’, pero esa actitud también me llevó a encararlo como fiera”.
Es el tipo de actitud, recuerda, que utilizaba en la calle cuando tenía que defenderse de otros muchachos más grandes que él y que buscaban golpearlo para quitarlo el dinero.
“Deben saber que me crie en la calle y allí comencé a tirar mis primeros puños”, mencionó.
Mina dijo que llegó al boxeo no necesariamente como una vía para superarse en la vida y salir del peligro de las calles. Más bien —contó— que entró al deporte porque desde niño le llamaba la atención los guantes que utilizan los boxeadores.
“Los guantes eran para mí como juguetes; nunca los había visto en la vida real y por eso quise entrar al ring”, aseguró Mina, quien tiene un corte en la frente que le ocasionó un cabezazo con el cubano Julio César La Cruz en los pasados Panamericanos. Pues esos guantes lo tienen a un solo combate de hacer algo grande para su país: alcanzar la primera medalla en la historia del boxeo olímpico.
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