El Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) se reúne hoy en Quito
para celebrar su asamblea nacional.
Presentará una agenda de 12 propuestas al país que esperan sean tomadas
en cuenta por el próximo Gobierno. Orlando Herrera, coordinador del MIR,
adelantó que hoy también se hará público el respaldo de la organización a la
candidatura presidencial de Lenin Moreno, con quien creen se profundizará lo
logrado en la última década con Rafael Correa.
A decir de Herrera, se requiere avanzar especialmente en temas como la
revolución agraria, para así enmarcarse en la seguridad alimentaria y no
depender solo de grupos monopólicos y de industrias, sino que jueguen un rol
importante los pequeños y medianos productores.
“Estas son observaciones y preocupaciones desde los mismos jóvenes”, dijo. Consta también el tema del hábitat y vivienda social, ya que continúa siendo difícil el acceso para sectores populares. Otro de los temas que expondrán es lograr un verdadero pacto ético para evitar que ciertos funcionarios públicos tengan empresas offshore en paraísos fiscales.
HISTORIA DEL MIR
A la memoria de todos los militantes miristas que han dado su vida en la organización del pueblo y la lucha por el socialismo
Contexto Internacional
Hablar
de la historia de una organización, de sus orígenes, es un hecho
complejo, lleno de dificultades, porque sus principales protagonistas
pueden haber desaparecido ya y los que sobrevivan, es probable, que
tengan un punto de vista diferente.
En
todo caso, los investigadores y estudiosos acerca del desarrollo de las
ideas marxistas en nuestro país, podrán hacer un trabajo quizás más
profundo; pero incluso en estas investigaciones, la historia de una
organización es vista desde diversos ángulos y ópticas, ojalá sea
posible que estudiantes de historia, sociología o de estudios marxistas
profundicen sobre esta temática.
Es
innegable que en el pensamiento revolucionario existen tres momentos
sumamente importantes. La revolución rusa que cambio radicalmente el
curso de la historia humana, al inaugurar una nueva etapa para la
historia del desarrollo humano. La segunda, la revolución en el país más
poblado del planeta, que altera la situación geopolítica en el Asia. La
tercera, los movimientos de liberación del África y por supuesto la
revolución cubana, como el hito más importante de América Latina.
Estos
son los antecedentes para la formación de organizaciones
revolucionarias en América. Sin embargo, el rasgo distintivo es que la
mayoría de estas se gestan en las luchas antidictatoriales, desde la
década de los 50. Pero la creación de organizaciones como el APRA en
Perú o el impacto del asesinato de Eliecer Gaytán, lo mismo que las
invasiones norteamericanas a países como República Dominicana y el
movimiento independentista como el de Puerto Rico cimentan esta
vertiente múltiple en la formación de las organizaciones
latinoamericanas de los 50 y 60.
A
la vez los acontecimientos de Praga y Varsovia han creado las
condiciones para que se planteen tesis antidogmáticas en el pensamiento
marxista y se discuta fuertemente respecto del rol de la ortodoxia y el
reformismo.
Contexto Nacional
Estados
Unidos inaugura la política de una Alianza para el Progreso dirigida a
cambiar la situación del desarrollo latinoamericano, alterando
fundamentalmente las relaciones de propiedad en el campo y conducirlas
hacia la modernidad, en un intento de destruir las bases objetivas sobre
las cuales se dieron los acontecimientos guatemaltecos con el gobierno
de Arbenz y sobre todo la ruptura continental con la revolución cubana.
Ante
la imposibilidad de conducir estos procesos con regímenes civiles, el
imperio se inclina hacia la vía del reformismo militar de corte
anticomunista. En 1963 ese proceso dictatorial se convierte en el
detonante que hace que distintos agrupamientos se constituyan en
distintas provincias del país.
Jóvenes
procedentes de las juventudes comunistas y socialistas, dan origen a
disntintos nucleamientos; el MIR se constituye por el agrupamiento de
estos nucleamientos en un movimiento antidictatorial denominado
Destacamento de Organizaciones Secretas, como una voluntad para jalonar
acciones en la lucha urbana, especialmente a través del movimiento
estudiantil y barrial, que permita constituir un frente antidictatorial
para derrocar a la dictadura militar, lo cual ocurre en abril de 1965.
En
1965 se inician los preparativos de una conferencia nacional de
unificación orgánica y política de estos nucleamientos, al calor de la
experiencia cubana e influenciada por la tricontinental. Algunos
delegados de este proyecto de organización marxista revolucionaria,
participan en un encuentro de las OLAS (Organización Latinoamericana de
Amistad y Solidaridad).
Sólo
en 1966 se culmina este proceso, que nombra una dirección nacional, la
misma que sufre una descomposición, lo cual provoca que en 1967 se
convoque a una nueva conferencia nacional, que podría constituir el
primer hecho de formación del Movimiento de Izquierda Revolucionaria.
El MIR y las vertientes del marxismo
Postulado
como principio una práctica antisectaria y antidogmática, en el MIR se
da cabida a militantes de distintas procedencias, de origen maoista,
troskista, castro guerrerista, marxista leninista e incluso cristianos
camilistas.
Esta
diversidad de corrientes permite que el MIR viva en su interior un rico
debate y asuma diversas nociones, según el alineamiento de sus fuerzas
al interior.
En
la lucha contra el gobierno dictatorial de Velasco Ibarra, se produce
el más importante quebranto orgánico del MIR, porque perseguidos muchos
de sus cuadros, deben exiliarse, quedanto el MIR prácticamente sin sus
cuadros históricos.
El MIR y el movimiento estudiantil
La
primera tarea de envergadura que asume el MIR con las distintas
formaciones de izquierda, es la organización y legalización de la
Federación de Estudiantes Secundarios FESE, cuya directiva nacional
estuvo integrada fundamentalmente por miembros de nuestra organización y
encabezada por uno de nuestros dirigentes, Fausto Vargas Cortés, lo
mismo que en la realización de su primer congreso nacional. Luego de la
detención de Fausto Vargas en febrero de 1967 y pese a ello en diciembre
del 67 se realiza el congreso nacional en que el MIR, con otras
fuerzas, socialistas y comunistas, captan la dirección estudiantil.
Durante
todo este proceso de masas, en torno a la libertad de Fausto Vargas, se
produce el más profundo acercamiento del MIR a la clase obrera, en
particular a la vertiente de orientación marxista, la CTE, producto de
cuyo acercamiento, a mediados del 74, se vertebra el Frente Obrero
Revolucionario.
Siendo
una lucha nacional, convertida en causa de las juventudes estudiantiles
de las barriadas y pueblos, las movilizaciones de masas de 1968 a 1973
se caracterizan por promover el libre ingreso de los estudiantes a las
universidades, lucha que tiene sus mártires en la casona universitaria,
principalmente de las juventudes socialistas y comunistas, pero que
permitieron se vertebre una gran alianza de izquierda que llevó al
rectorado de la Universidad Central del Ecuador al Dr. Manuel Agustín
Aguirre, cuya victoria implicó la eliminación del discriminatorio examen
de ingreso, bajo la inspiración de la reforma universitaria de Córdova.
Los
acontecimientos posteriores conjugan fuerzas miristas, socialistas y
maoistas en la lucha contra la corrupción, el autoritarismo, el
despotismo, los negociados, el fraude en los colegios y en las
facultades universitarias, lo que permitió fortalecer a la FESE y FEUE.
Así
pues, la libertad de Fausto Vargas, la democratización de la educación,
la lucha por su carácter científico nacional, va de la mano con el
enfrentamiento a los terratenientes y el apoyo a los movimientos
campesinos de la costa y sierra, en especial contra el precarismo y la
reforma agraria, y por supuesto, en combatir la penetración de las
universidades norteamericanas como las de Pittsburgh y Harvard e
instituciones como el Punto IV, el Instituto Linguístico de Verano y los
denominados Centros de Estudios Ecuatoriano Norteamericanos.
En
todo este proceso el MIR participa y fortalece las posiciones unitarias
de izquierda, participa en las huelgas obreras, en las tomas de tierra
campesinas urbanas, lo cual se expresará en un intento orgánico en la
denominada guerra de los Cuatro Reales, y la constitución de los Comités
de Defensa Popular.
El MIR y sus órganos de prensa
La
dirigencia mirista comprende, que hacer conocer el pensamiento y los
postulados de la organización, es de suma importancia. Así surge el
primer periódico bajo el nombre de El Cuco, que tiene una difusión especialmente en el movimiento estudiantil y entre trabajadores informales.
El Organizador, es un intento sistemático de vincularse a la clase obrera y vertebrar un programa y una teoría de partido.
Perspectiva Latinoamericana, constituye el primer esfuerzo teórico y de vinculación del MIR a importantes centros de pensamiento europeo y norteamericano.
La editorial Raúl Cedeño, rinde homejane a la memoria de uno de sus fundadores y es el vínculo de difusión del pensamiento marxista.
La editorial Escuela Permanente del Pensamiento Revolucionario,
vincula aspectos continentales, mundiales y nacionales, que difunde
textos del pensamiento de Fidel Castro, Herbert Marcuse y Jaime Galarza.
La editorial René Pinto,
que da inicio a la vinculación del análisis concreto de la realidad
concreta en el pensamiento mirista, con la difusión de la revista Causa Proletaria, los libros del MIR, el periódico Lucha Proletaria y boletines de agitación política.
Crecimiento y Crisis
Entre
1973 y 1975 se reorganiza el MIR, creando diversos frentes de lucha
como el Frente Revolucionario Estudiantil que logra importantes triunfos
en la dirección del movimiento estudiantil secundario y universitario;
el Movimiento de Izquierda Politécnico alcanza por largo tiempo la
dirección de los estudiantes politécnicos.
En
este período de tiempo, somos parte activa del proceso de reforma
académica de la Universidad del Ecuador, en particular de la Central,
jalonando un importante proceso en la escuela de sociología de la
Unversidad Central que se le conoció como "proceso de autogestión";
entre cuyos animadores se encontraba el ya desaparecido Fernando
Velasco, que es de los tantos maestros universitarios con que se buscó
impulsar las tesis de la investigación nacional, el desarrollo
científico y el pensamiento nacional. En una coalición de fuerzas, el
MIR participa en las elecciones de la FEUE de Quito, consiguiendo que el
binomio Tobar Muñoz logre la dirección estudiantil, este proceso es el
resultado de un agrupamiento de fuerzas de jóvenes disidentes demócratas
cristianos, intelectuales del frente cultural, disidentes del Partido
Comunista, cristianos y el MIR que constituyen el Movimiento de
Izquierda Universitario.
Este
crecimiento es el resultado de la consolidación ideológica en el seno
del MIR, de los postulados marxistas-leninistas (no estalinistas) y de
una visión de aplicación del marxismo a nuestra realidad nacional y
latina, recuperando el legado de Mariateguí y otros pensadores
latinoamericanos antimperialistas como José Martí. Concepción que
implica un enorme esfuerzo para definir teóricamente el que hacer de
cada sector y protagonista social: mujeres, jóvenes, obreros,
campesinos, pobladores, lo mismo el quehacer político de las masas en
sindicatos, barrios, comunas y pueblos del interior. Todo esto bajo el
lema "si queremos hacer la revolución debemos tomarnos primero las
masas".
Así
nuestra organización logra consolidar organización política y de masas
en 11 provincias del territorio ecuatoriano e importantes vínculos con
el movimiento campesino y obrero.
Producto
de esto es que el MIR encabeza la formación del Comité de Solidaridad
con Vietnam y más tardel del Comité de Solidaridad Internacionalista en
favor de las luchas antiamericanistas y en particular de la revolución
sandinista.
Vertebra
la acción solidaria con los trabajadores en lucha, a través del FOR,
que permite desarrollar iniciativas frente a la arremetida de los
capitalistas en las provincias de Guayas y Pichincha, jugando un rol
decisivo en las luchas de los trabajadores de la hacienda Los Álamos,
Champión, Maresa, Ecasa, para citar sólo unos casos.
La
creciente influencia del MIR nos permite convocar acciones contra el
imperialismo y acciones antigubernamentales, con lo cual enfrentamos en
las calles al imperialista Rockefeller, a los golpistas de derecha del
general González Alvear y también a las medidas antipopulares que se
institucionalizaban desde 1978 y que llamamos a resistir bajo el lema
"evitar la socialdemocratización de la conciencia de las masas", con lo
cual respondimos, en abril de 1978, con acciones de estudiantes, los
barrios, las fábricas y la formación de más de cien comités de defensa
popular en Quito y otros tantos en otras ciudades del país.
Este
crecimiento numérico y de infuencia, no estuvo acompañado de una
consolidación ideológica y orgánica, encubriéndose en el seno del MIR
posiciones de derecha y ultraizquierda. Las primeras que preconizaban el
paso inmediato del MIR a la arena electoral, imitando al Movimiento
Electoral del Pueblo de Venezuela; las segundas que preconizaban que se
han acabado las palabras y que debían hablar las armas.
La
existencia de estas corrientes se expresaron a finales de 1979 y
principios de 1980 en un movimiento fraccional que debilitó enormemente a
nuestro partido, provocando una escisión en la que abandonaron nuestras
filas la minoría de la dirección nacional y un contingente importante
de militantes, y que culminó únicamente en 1982 cuando termina el
proceso fraccional y se inicia el proceso de reorganización.
A
partir de 1984, por resolución de un evento nacional, nuestra
organización abandona la constitución de los frentes como el FRE, FOR,
etc.para entrar en un proceso de organización fundamentalmente barrial,
obrero y campesino, abandonando temporalmente al movimiento estudiantil,
con lo cual se inicia un nuevo período histórico en la vida mirista.
Concomitantemente
al proceso anterior iniciamos la formación de frentes de masas con
enlace internacional, sobre todo en el terreno de los derechos humanos,
la salud. Pero igual que otras organizaciones de izquierda, podemos
señalar autocríticamente, perdemos la iniciativa cuando estas
organizaciones se somenten al calendario de actividades internacional
determinados por los fuentes de financiamiento; esta comprensión nos
llevó a denunciar de inmediato, ante las masas, el carácter y objetivos
de las ONG, y el papel nefasto de los ex marxistas incrustados en estas.
El neoliberalismo
La
crisis internacional del capitalismo, de carácter permanente iniciada
en 1971, propuso sus fórmulas de superación a través del proceso de
desindustrialización de nuestros países, aspecto que fue denunciado y se
ha convertido en uno de las principales políticas de nuestro partido,
alertando a los trabajadores sobre el riesgo para el pueblo del
desmantelamiento de la seguridad social, la maquilización de la economía
y su dirección hacia la tercerización, por lo que urgíamos a la
formación de sindicatos únicos por rama y por industria para enfrentar a
la política de nuevo tipo que barría las conquistas laborales y
sociales, por lo tanto a constituir una central unitaria de trabajadores
para que enfrente a las políticas patronales, nuestros puntos de vista
fueron tomados como sectarios y más pudo el interés de la burocracia
sindical y el seudo poder de las corrientes de izquierda al interior del
movimiento obrero.
Consideramos
que en el tiempo inmediato, la lucha y el protagonismo lo tendría el
campesinado, especialmente de la sierra, por lo que volcamos la mayoría
de nuestros esfuerzos con vincularnos con el movimiento campesino
indígena, en lo que nosotros definíamos la lucha por los derechos, la
dignidad, la democracia y la tierra del campesinado. Lucha destinada a
barrer con los residuos de la opresión feudal y colonial y destinada a
disputar a la burguesía y al imperialismo la alianza del campesinado con
el movimiento obrero.
No
nos equivocamos, desde el Estado (FODERUMA), la iglesia (FEPP) y las
fundaciones (ONG), comenzó a gestarse una estrategia desarrollista, de
promoción social del campesinado indígena, de claro contenido
antiproletario y antimarxista, cuya culminación como política racista,
shamánica la conoció el pueblo ecuatoriano en el movimiento puchista de
enero del 2000.
Durante
todos estos años de batallas, el MIR ha continuado infatigable en el
esfuerzo de unidad del campo popular y así impulsamos la constitución de
un proyecto de unidad con diversos nucleamientos marxistas: troskistas,
maoistas, socialistas, que se vio truncado, debido a las actitudes
intransigentes de los sectores que tenían como único interés que esta
corriente adscriba a una tendencia internacional.
Durante
todos nuestros años de existencia, hemos impulsado la defensa de la
Revolución Cubana y hemos educado a nuestro pueblo en la solidaridd
internacionalista, a pesar de que el neoliberalismo y el mundo unipolar
promovieron y forzaron el desarme en Centro América, nuestro punto de
vista de internacionalismo proletario se mantiene vigente.
Ahora
nos encontramos reorganizando la fuerza urbana y juvenil para enfrentar
la nueva situación internacional que pretende confundir a los pueblos,
señalando que el objetivo socialista ha sido superado y que la identidad
de los pueblos y nacionalidades en el mundo plurinacional, es la única
alternativa, es decir, cuando se impone en en el mundo todo tipo de
fundamentalismo étnico, religioso, racial y cultural.
Creemos
que el MIR sigue siendo una opción revolucionaria para las masas
trabajadoras y juveniles, que todo el tiempo de vida nos da un acumulado
histórico, que hace posible asegurar que nuestra organización seguirá
viviendo por muchos años y luchando por el ideal socialista proletario.
De ahí que invitamos a hombres y mujeres, jóvenes del campo y la ciudad a
integrarse a nuestras filas para continuar con el legado de sus héroes
anónimos y de sus luchadores asesinados por el ejército y las fuerzas
represivas.
Como
organización hemos definido nuestro perfil ideológico, asumiendo el
pensamiento de Carlos Marx y el aporte de Vladimir Ilich Lenin, en base
de lo cual nos consideramos marxistas leninistas, y en ese sentido
declaramos que nuestro pensamiento se nutre de lo mejor de la cultura y
pensamiento revolucionario burgués, del pensamiento revolucionario
proletario con sus aportes teóricos y prácticos de Asia, África, Europa y
América Latina.
Somos
marxistas que luchamos por el socialismo proletario, que proclamamos
como objetivo de la humanidad, la desaparición del mundo capitalista e
imperial y su sustitución por las sociedades solidarias de trabajo que
proclaman la igualdad, la justicia, el trabajo, la ciencia y la cultura,
la democracia y la autodeterminación de los pueblos.
Somos
marxistas y leninistas por tanto internacionalistas, porque reconocemos
que por encima de las razas, nacionalidades y fronteras nacionales, el
mundo de los trabajadores del campo y la ciudad, de los jóvenes y
mujeres trabajadores es uno solo, y nada justifica el actual orden
internacional de saqueo, explotación y discrimen que imponen las
potencias imperialistas del mundo.
Somos
marxistas y como tales reconocemos la igualdad de hombres y mujeres,
por tanto proclamamos los derechos y la libertad económica, política,
sexual y de derechos y libertades de todas las mujeres trabajadoras, en
su lucha contra todo tipo de discriminación y opresión de la sociedad
capitalista que sustenta la herencia patriarcal para no permitir la
incorporación de las mujeres a sus tareas transformadoras.
Somos
marxistas y como tales defendemos nuestra identidad histórica nacional,
basada en la rica herencia cultural de nuestro origen étnico, en el
proceso hacia la construcción de una sociedad que borre todo tipo de
racismo, opresión y miseria para los hombres y mujeres trabajadores del
campo, de origen pre-colonial. Por tanto, declaramos que nuestro país
superará el atraso y la miseria cuando reconozca a todos estos pueblos
en sus derechos y sobre todo en su lucha por la democratización de la
economía.
Somos
marxistas y luchamos contra el capitalismo neoliberal, contra las
políticas imperialistas y prácticas integristas de la burguesía que
encubren su traición bajo argumentos de modernización privatizadora, que
transfieren nuestras riquezas a monopolios imperialistas y nos condena
al atraso y la miseria.
Somos
marxistas porque más allá de los errores de los revolucionarios
socialistas, creemos que el programa, los ideales y objetivos de
libertad, dignidad, igualdad, justicia y progreso, se mantienen vigentes
para cambiar la situación de millones de seres humanos sometidos al
exterminio silencioso de las políticas administradas por el Fondo
Monetario Internacional.
Somos
marxistas porque creemos que la ciencia y la filosofía constituyen
elementos vitales de la práctica revolucionaria para que las masas
recuperen su protagonismo revolucionario, que sepulte el miedo de la
humanidad a un exterminio por las guerras nucleares, la destrucción del
planeta, de la sobrexplotación de sus recursos naturales. En fin, porque
pensamos que la revolución consiste, en rehacer con conciencia
transformadora, todo lo que el mismo ser humano ha hecho para crear una
sociedad de opresores y oprimidos, de amos y esclavos, de explotados y
explotadores. Una sociedad en la que la depredación de la naturaleza por
el hombre, amenaza su propia existencia. Una revolución que recupere al
hombre y al hombre con la naturaleza, y ser factible el ideal humano de
igualdad entre hombres y mujeres, de los seres humanos de todas las
razas y culturas; una revolución para armonizar la ciencia y la
naturaleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario