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Florida sorprendió a todos y dio el voto a Trump anunciando el primer paso hacia una posible victoria electoral.
- La fragmentación del voto latino, que pocos previeron en principio y el voto de los blancos (55 millones de votantes potenciales), vitales en las elecciones.
Hillary, siempre distante, nunca ha llegado a la piel de los electores, a pesar de toda la ayuda de los pesos pesados demócratas no ha conseguido.
El voto blanco, para los republicanos
Según los datos de la CNN, un 69% de los votantes han sido blancos, y de ellos un 58% se ha decidido por el republicano. A pesar de ello, un 1% menos de este colectivo ha apoyado a Trump, con respecto a las pasadas elecciones.
El partido republicano se lleva normalmente la mayoría de los votos de los blancos. En ningunas elecciones desde 1976 se impusieron entre ellos los demócratas. Lo más cerca que han estado de arrebatarle la mayoría del voto blanco fue cuando se enfrentaron Bill Clinton y George Bush padre. Así, en 1992 Clinton convenció al 39% de los blancos, mientras que Bush lo hizo con el 41%.
El candidato que con mayor ventaja convenció a este colectivo fue Ronald Reagan en 1984, con un 66% del apoyo. Sin embargo, desde la época de Reagan, cuando representaban un 88%, la porción del electorado blanco ha disminuido unos pocos puntos electorales cada año presidencial.
No obstante, el número de blancos ha disminuido
Paradójicamente, aunque le deba parte de su éxito a este colectivo, en estas elecciones la proporción de votantes elegibles blancos no hispanos ha sido la más baja de la historia, la continuación de una disminución constante de los votantes blancos en las últimas tres décadas.
En 2012, Mitt Romney ganó una cuota ligeramente mayor de los votantes blancos no hispanos (59%) respecto a lo que Reagan ganó en su primera elección (56%), pero perdió la elección presidencial. ¿Por qué? La proporción del voto blanco era más pequeña (72%)y Obama aplastó a Romney con el voto de los electores no blancos.
El voto blanco de este año se ha situado en alrededor del 69%, un nivel históricamente bajo y 3% menos que hace cuatro años. La diferencia es más pronunciada en varios estados especialmente importantes, incluido Pensilvania, Ohio, Florida y Carolina del Norte. Todos tienen poblaciones elegibles que son un poco menos blancas que hace cuatro años.
Además, hasta 1996 los votantes blancos tenían una tasa más alta de participación que cualquier grupo racial o étnico. Pero en 2012, la tasa de participación de votantes negros superó la de los votantes blancos pasando del 66,2% al 64,1%.
Entonces, ¿por qué ha triunfado Trump?
La victoria de Donald Trump se ha basado en los trabajadores blancos que se sienten desplazados por la globalización económica.
La traducción electoral de ese respaldo ha sido su victoria en los estados del Rust Belt: salvo en Illinois, donde Chicago sigue sosteniendo la hegemonía demócrata, Trump ha ganado en Pensilvania, Michigan y Wisconsin, estados en los que ningún republicano ganaba desde Ronald Reagan.
También le ha arrebatado a los demócratas Ohio, un estado que desde 1964 siempre ha votado por el candidato que finalmente se convertía en el presidente, hasta el punto que fue esencial para que Barack Obama ganara las elecciones en 2008 y 2012. Su victoria, por si fuera poco, ha sido incontestable: casi nueve puntos de ventaja y 460.000 votos más que Hillary Clinton.
El otro estado clave para ganar estas elecciones ha sido Florida, otro swing state que fue decisivo en los comicios del años 2000, los que otorgaron la victoria a George W. Bush frante a Al Gore. Trump ha vencido por poco, apenas 130.000 votos en un estado con 13 millones de votantes registrados.
Los análisis revelan que el aspirante republicano ha hecho valer el respaldo de los jubilados asentados en el suroeste del estado, tradicional lugar de retiro para muchos trabajadores blancos, y de los conservadores del interior.
Los hispanos disminuyen su apoyo a los demócratas
Por el contrario, los votantes ‘no blancos’ han sido el 30% y, pese a que un 74% de ellos se ha decantado por los demócratas, no ha sido suficiente para ganar. Es cierto que Estados Unidos es cada vez menos blanco -algo que perjudica al partido republicano-, pero si el resto no sale a la calle a votar, de nada les sirve a los demócratas ser el favorito de las minorías.
Los estadounidenses de origen hispano se han decantado sin excepción desde 1976 por el partido demócrata. El candidato que mayor porcentaje de voto consiguió fue Jimmy Carter en 1976 con un 82% de los votos; el republicano que más convenció a los hispanos fue George W. Bush en las elecciones de 2004, con un 44% de los apoyos.
No obstante, los hispanos en Estados Unidos no son un bloque homogéneo. Pero su diversidad sigue causando perplejidad a muchos analistas que esperan que el electorado hispano se comporte de manera monolítica. Y se sorprenden al ver que las profundas diferencias internas de la comunidad también tienen un impacto sobre su comportamiento político.
Según Pew Research Centers, son 55,2 millones. Florida dejó claro en los primeros compases de los recuentos que el voto latino estaba más que dividido: "Si bien el voto latino se movilizó, Trump también movilizó el voto blanco y el voto hispano estaba extraordinariamente dividido", afirma el profesor de la Universidad Internacional de Florida, Eduardo Gamarra.
Lo más significativo es el apoyo que ha perdido Hillary entre la población latina. En 2012, los demócratas consiguieron el 71% del voto latino, frente al 27% de los republicanos. Ahora, Clinton ha sido apoyada por el 65%, frente al 29% de Trump.
Con 35 millones de personas, los que trazan su origen nacional a México conforman el 63% de toda la comunidad hispana. Le siguen los puertorriqueños, que con alrededor de 5 millones de personas llegan al 10%. Y después los salvadoreños y cubanos, cada uno con cerca de 2 millones. El estado donde vive el mayor número de latinos es en California, con 14,4 millones. Le sigue Texas con 9,8 millones y Florida, distante tercero con 4,4 millones de latinos.
Clinton ha logrado buenos resultados en feudos demócratas como el Dade County, el condado de Miami, pero ha sido insuficiente, sobre todo porque la movilización de los votantes latinos ha sido menor de la esperada, pese a lo que parecía indicar el voto anticipado y por la apuesta de los cubanos por Trump.
También pierde apoyo entre los afroamericanos y los millenials
Por otra parte, otro colectivo que prefiere a los demócratas votación tras votación es el de aquellos de origen afroamericano. Con una proporción, además, más marcada que la de los hispanos. El candidato republicano que más votantes de este colectivo consiguió fue Gerald Ford en 1976, con un 17% de los votos. De entre los demócratas, Barack Obama en 2008 arrasó con un 93% de los votos, frente al 6% de su oponente.
Ayer, Hillary consiguió el 88% del voto negro, frente al 8% de Trump, que sí aumentó el porcentaje con respecto al anterior candidato republicano.
Clinton tampoco ha conservado el voto de los llamado millenials. Obama convenció en 2012 al 60% frente al 37% de Romney. Ahora,Trump ha conservado este porcentaje, mientras que la demócrata lo ha reducido al 55%.
Aunque podrían parecer pequeños cambios, la realidad es que cada voto cuenta ya que el número de inscritos este año era mucho menor. De hecho, el voto popular total de Trump (59 millones y subiendo) es ligeramente inferior al de Mitt Romney en 2012 (61 millones), pero el total de Clinton (59 millones) va a estar muy por debajo de los 66 millones de Obama en 2012.
Trump ha arrasado entre las mujeres blancas
En cuanto a las mujeres se rompen muchos mitos. Para empezar eran muchos los que creían que las acusaciones machistas harían mella al candidato. No ha sido así.
El 53% de las mujeres blancas ha votado a Trump, más que a Hillary. Sí es cierto que las mujeres latinas han votado más a Hillary, un 67%. Donde Clinton ha arrasado ha sido entre las mujeres negras, con un 96% de votos.
En términos generales, las mujeres presentan una ligera predisposición a votar por los demócratas, más marcada aún en las cinco últimas elecciones.
Barack Obama, con un 56% de los votos fue el demócrata por el que más proporción de mujeres votaron. De entre los republicanos,Ronald Reagan fue quien más apoyos cosechó, con un 58%.
Trump se ha quedado con los suburbios
En cuanto a zonas geográficas, Clinton ha conseguido un apoyo prácticamente récord en las áreas urbanas, más diversas, mientras que Trump ha conseguido un apoyo extraordinario en los suburbios", explicó en su cuenta de Twitter el analista político experto en Florida, Steve Shale, para Univisión.
"Lo que se ve por todo el país es que Trump obtuvo mejores resultados que otros candidatos republicanos recientes en muchas de las áreas rurales o menos urbanizadas y en pequeñas ciudades, en algunas zonas que antes eran demócratas", opinó Alan Abramowitz, politólogo de la Universidad Emory de Atlanta para la BBC.
De forma análoga, Hillary Clinton ha perdido parte del respaldo que tuvo Barack Obama en ciudades como Detroit y Filadelfia, lo que ha hecho que el apoyo rural a Trump sea aún más contundente.
En definitiva, Trump ha conseguido movilizar a los electores blancos por tres factores: el temor al inmigrante, al terrorismo o a perder su país; el mensaje de esperanza de que iban a recuperar su país y el castigo a aquellos que han dirigido el país hasta ahora. "En Florida, el votante blanco y rural es muy temeroso porque se enfrenta al inmigrante de manera muy cercana todos los días", explica.
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