En la última década, casi a diario escuchamos al Presidente tachar a todo el mundo, excepto a sus partidarios, colaboradores y corifeos, como de doble moral y sinvergüenzas.
Incluso, en ocasiones ha calificado a la comunidad internacional de hipócrita y de doble moral.
¿Acaso no es doble moral el hecho de que se pregone a los cuatro vientos que los principales objetivos del gobierno son la eliminación de la pobreza y la lucha por una redistribución equitativa de la riqueza y que, de otro lado, en clara ostentación de derroche se haya destinado en el Presupuesto General del Estado de 2016, cerca de 17 millones de dólares a la partida ‘Seguridad Presidencial’ y de 40 millones a la partida de movilidad nacional y viajes al exterior del Presidente? (Al presidente Evo Morales le da vergüenza que el pueblo boliviano tenga que pagar 350 mil dólares al año por su seguridad personal).
Es una carencia total de vergüenza que el candidato oficialista haya recibido una remuneración anual de un millón de dólares por tres años y sin que haya pagado ni un centavo de impuestos, mediante el subterfugio de que esos recursos se erogaron con cargo a la contribución que debe aportar el país para el mantenimiento de la ONU. Esto es una bofetada a los pobres que integran el 98% de la población mundial quienes, luego de trabajar por 50 años, no alcanzan a recibir en total ni la cuarta parte de esa remuneración anual.
La mayor “caretucada” es que este hecho fue admitido y justificado por el Primer Mandatario en una sabatina de mayo del año pasado: “A Lenín le hemos dado tres millones, pero financieramente fue una buena inversión, puesto que solo él nos ha conseguido una donación de cuatro millones de la ONU para el terremoto”.
Fuente: http://lahora.com.ec/index.php/noticias/show/1102039234/-1/Doble_moral.html#.WMluFvnhDIU
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