La guitarra se suma a la marimba, al bombo y al guasá para cantar versos que cuentan las vivencias del pueblo afro.
‘Color de África’ es la quinta producción discográfica del proyecto Fiesta en el Mar, impulsado desde hace 20 años aproximadamente por el argentino Alberto Caleris, quien tiene creaciones musicales como ‘El Riviel’, ‘Color de África’, ‘Santería’ y otras inspiradas en las leyendas, las vivencias, la cotidianidad del pueblo afroecuatoriano de Esmeraldas.
Este extranjero, quien desde 1987 se radicó en Ecuador, trabaja en fusionar la rica música de la cultura afroecuatoriana con algo más armónico como es las armonías del sur del continente; fusión que ha permitido juntar textos, música e instrumentos.
“Cuando suena la marimba con una guitarra electroacústica, suena una propuesta musical… es el encuentro de un componente cultural… Este hace posible el nacimiento de cosas nuevas y en estas cosas nuevas estamos involucrados quienes de alguna manera tenemos ese vínculo con lo afro en el país. Hay mucha gente que trabaja vinculada en los quehaceres del mundo del pueblo afro”, expresa Caleris, quien indica haberse enganchado con lo ceremonial, los rituales y las costumbres del pueblo afro.
La fusión
En sus producciones no usa la marimba tradicional, como lo hace Papa Roncón, sino que le busca otra perspectiva, con otras connotaciones, otra fuerza, otra manera de expresarse para generar sonidos que acompañen ya no a las cortas y repetitivas frases tradicionales de la música afroecuatoriana sino más bien con textos más largos que cuentan “un montón de cosas” vistas desde su perspectiva personal.
Un ejemplo es la canción ‘Canchimalero’, que en una parte dice: “van bajando las canoas con las flores, los devotos de los santos olvidados, el mar brilla la mirada de los niños y la Luna envuelta en hojas de limones”… Canchimalero es la isla en el norte de Esmeraldas donde se hacen ofrendas a San Martín de Porres, el santo negro.
Caleris está seguro que la fusión que ha hecho con la música afro y la del sur del continente no perjudica para nada a las raíces culturales de este pueblo. Más bien cree que es el nacimiento de nuevas cosas, lo cual propicia nuevos momentos de la humanidad, genera nuevos movimientos, nuevas cosas, una nueva manera de ver la música que no va en desmedro de lo tradicional.
El músico argentino, quien se enganchó con el pueblo afroecuatoriano desde los años en que trabajó para las Naciones Unidas y recorrió muchos rincones de Esmeraldas, cuenta que la primera idea de fusionar la música comenzó hace más de 20 años, cuando junto con Limber Valencia, promotor de la música afro, unieron los sonidos de la marimba, el guasá, el bombo con la guitarra electroacústica y experimentaron una nueva propuesta que fue el inicio del proyecto ‘Fiesta en el Mar’.
Un sonido ‘jazzistico’
Caleris habla de la marimba como un instrumento que, aunque responde a un pueblo, con el tiempo va a tener otra funcionalidad, “va a ser absolutamente jazzistico”. Es decir que hay instrumentos que responden históricamente a un formato de música, de tradición, de ceremonia, de gente, pero esos mismos, con la modificación de los tiempos, “se transforman en instrumentos que pueden cumplir otras funciones sin dejar de ser lo que son”.
En la última producción musical llamada ‘Color de África’, la marimba tiene protagonismo en varias canciones como ‘El Riviel’, ‘Santerías’, ‘Panela el Corazón’, basadas en leyendas y en su forma personal de interpretar la llegada de los afros a Ecuador y de cómo se integraron a estas tierras. (CM)
Especificaciones
Conocedor de instrumentos
La marimba es el instrumento de los afros.
Llegó a las costas del Pacífico como instrumento de los africanos.
Originalmente se llama balafon, un instrumento pentatónico porque tiene cinco notas.
La caja de resonancia del balafon tiene cocos y la marimba ecuatoriana tiene guadúa.
En Ecuador la marimba es cromática, es como un piano, por eso se llama el piano de la selva.
Conociendo al músico
Alberto Caleris nació en Caña de Rosquín, un pueblo cerca de Rosario, provincia de Santa Fe, en Argentina, donde seguía de cerca a los músicos que tocaban en las fiestas populares, mientras el resto de niños jugaban. Y desde entonces supo que iba a ser músico.
Se quedó en Ecuador en 1987, pero antes llegó con un grupo musical que trajo la canción ‘Cajita de música’. Realizó varias presentaciones; sin embargo, tiempo después, cuando quiso irse del país, se involucró con las Naciones Unidas en el área de comunicación y eso le llevó a involucrarse con el pueblo afroecuatoriano.
Caleris formó un hogar en Quito y se califica como un gestor cultural que también hace comunicación y organiza conciertos en los que da a conocer la música fusión afro.
Fuente: http://lahora.com.ec/index.php/noticias/show/1102065594/-1/La_m%C3%BAsica_afroecuatoriana_toma_nuevos_rumbos.html#.WT6SG2jhDIU
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