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miércoles, 17 de junio de 2015

El Banco Continental infló su patrimonio en 1996

EN 1994, EL GOBIERNO DE SIXTO DURÁN BALLÉN DIO ORIGEN A LA LEY GENERAL DE INSTITUCIONES DEL SISTEMA FINANCIERO, LA CUAL ALLANÓ EL CAMINO PARA QUE EL BANCO CENTRAL OTORGARA PRÉSTAMOS SUBORDINADOS A ENTIDADES CON PROBLEMAS DE LIQUIDEZ.

El organismo liderado por Ana Lucía Armijos y que entre sus vocales contaba con banqueros como Guillermo Lasso, aprobó el 20 de marzo un crédito subordinado de S/. 485.400 millones. Según la prensa de la época, en total los Ortega Trujillo se habrían beneficiado de S/. 995 mil millones que, al cambio de esa época, representarían unos $250 millones. El banco infló su patrimonio para acceder al préstamo.

Unidad de Investigación


Después de 19 años de impunidad, el Consejo de Justicia de la Corte de la Reina (Londres) sentenció a los hermanos Luis, Leonidas y Jaime Ortega Trujillo, expropietarios del extinto Banco Continental, a pagar $191,9 millones al Estado ecuatoriano por indemnización, intereses y costas judiciales.


Esta resolución, conocida el 23 de marzo de 2015, cerraría apenas el primer capítulo del salvataje bancario, ocurrido en marzo de 1996, durante el gobierno de Sixto Durán Ballén, tras la entrega de un préstamo subordinado de S/. 485.400 millones -equivalentes en aquella época a $ 133,5 millones (el cambio del dólar, en diciembre de 1996, era de S/. 3.633,85)- a favor del Banco Continental.


Bajo la directriz de la Junta Monetaria (JM), presidida entonces por Ana Lucía Armijos (actualmente consultora del Banco Mundial), el Banco Central del Ecuador (BCE) concedió a la entidad millonarios créditos de liquidez entre 1995 y 1996, basándose en la Ley General de Instituciones del Sistema Financiero, elaborada y aprobada por el gobierno en 1994. ¿Pero a cuánto ascendió el monto de esos préstamos? La cifra aún es imprecisa, sostiene el presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, Víctor Hugo Albán, pues recuerda que el BCE jamás transparentó la información (ver entrevista).


Según una publicación de Diario Hoy de 1997, el Continental se habría beneficiado de S/. 995 mil millones: S/. 470 mil millones en préstamos de liquidez (que eran respaldados con certificados de las cuentas por cobrar) y S/. 485 mil millones del crédito subordinado, monto que a esa fecha equivaldría a $250 millones. 


El último préstamo, esta vez por el 100% del patrimonio técnico, lo recibió en 1996, en una operación que contó con el aval del exsuperintendente de Bancos, Mauro Intriago Dunn y que fue aprobada por la Junta Monetaria (JM), en una sesión reservada de 14 horas efectuada entre la tarde del 19 y la madrugada del 20 de marzo. 


En esa sesión participó Guillermo Lasso como vocal de la JM en representación de la banca y presidente ejecutivo del Banco de Guayaquil, la misma entidad financiera que en 1994 pidió a Durán-Ballén, con remitidos de prensa, que envíe la Ley de Instituciones Financieras al Registro Oficial.

¿A dónde fue ese dinero?

Desde 1994 los problemas de iliquidez consumían al sistema bancario y a fines de año la JM dio paso a los créditos de liquidez. Y a pesar de la crisis económica, acentuada por el conflicto bélico con el Perú y la renegociación de la deuda externa, el BCE inyectó S/. 100.000 millones a la banca. 

Fue a fines de 1995 que el gobierno de Durán Ballén lanzó un plan de asistencia financiera que permitía entregar créditos subordinados por hasta el 100% del patrimonio técnico de la entidad solicitante, a un año plazo. La intención era frenar los rumores sobre un posible congelamiento de depósitos.

De aquello se aprovechó el Continental para pedir un préstamo subordinado por S/. 485.400 millones, pese a que la JM -según consta en el Acta 2562 del 19 y 20 de marzo de 1996- conocía de las operaciones que la entidad realizaba en el exterior a través de filiales en Curazao y Bahamas, esta última llamada Interamerican Assets Managment Fund (IAMF). El banco, que era una de las 93 empresas del consorcio Conticorp, tenía entonces 240 mil clientes. 

La noticia se difundió días después y trajo cola. Una publicación de diario El Comercio, del 15 de mayo de 1996, daba cuenta del perjuicio. Teóricamente el banco de los hermanos Ortega tenía un respaldo de S/. 751 mil millones, resultado de la suma entre el crédito subordinado y los S/. 266.000 millones que la entidad reportó en su balance de 1995 (año en que recibió 10 préstamos de liquidez), pero en realidad fue una operación ficticia.

En aquella época la prensa explicaba que IAMF se constituyó para administrar fondos de inversiones, los cuales provenían del Continental en Bahamas, y estos a su vez provenían de la cesión de $79,5 millones en documentos del Continental en Curazao. Esas transacciones iniciaron en 1994.

El IAMF surgió como un híbrido que recibía inversiones del Banco Curazao, que a su vez se alimentaba de las inversiones ecuatorianas y que hasta enero de 1996 habrían alcanzado los $197,4 millones.
¿El salvataje era la única opción?


Las autoridades que antes avalaron el millonario préstamo, 2 meses después explicaban que la piramidación se identificó cuando 206 inversionistas recibieron créditos del Continental en Curazao para comprar acciones del mismo banco en Ecuador (ver infografía).

Ante ello, el exgerente del BCE, Augusto de la Torre, aclaraba a la prensa que el descubrimiento “no afecta el futuro del banco sino su pasado”. En una entrevista de mayo de 1996, el exfuncionario reconoció que la JM otorgó el crédito subordinado a pesar de la ‘insolvencia’ del banco y que, apenas un mes después, la Superintendencia de Bancos supo ‘a detalle’ lo que ocurría.

“Quisiera destacar que tras la operación de salvataje del Continental -porque el crédito subordinado fue eso y no cabía más alternativas a no ser la quiebra- las autoridades, en coordinación, nunca dejaron de seguir el caso”, declaró en aquel momento a El Comercio el actual jefe del Banco Mundial para América Latina.

En el Acta 2562, de la sesión reservada del 19 y 20 de marzo de 1996 de la JM y que fue desclasificada después de 19 años, quedó registrada la difícil situación del Banco Continental: “Cuando una institución refleja problemas de solvencia, el crédito de liquidez es dañino y va en contra de los intereses de los depositantes. Entonces no es prudente ni responsable (...) prolongar los créditos de liquidez cuando se conoce que hay problemas de solvencia. En este caso, la solución debe orientarse a una inyección de patrimonio, lo cual dentro del marco legal vigente solo puede hacerse a través del préstamo subordinado”, explicó De la Torre.


Pero después de 19 años aún se desconoce el impacto que generó la quiebra del Continental, pues los clientes de aquella época poco recuerdan el hecho y comentan que recuperaron un porcentaje de sus depósitos, después del tortuoso proceso y la incertidumbre que significó para ellos que el BCE tome el control de la entidad, para luego cerrarla definitivamente.

En marzo de este año, Diego Martínez, titular del directorio del BCE, recordó que entre 1994 y 1995 se aprobó un conjunto de leyes que tenían el objetivo básico de liberalizar el sector financiero y que permitieron al organismo otorgar créditos de forma más amplia y con menos condiciones: “Debemos acordarnos de los famosos créditos vinculados que eran otorgados por los banqueros a sí mismos a través de testaferros, empresas, amigos, parientes y demás. Créditos que no eran pagados y ocasionaban perjuicio al banco”.

Ese capítulo histórico es para ciertos analistas el preámbulo del salvataje bancario de 1999, que dejó miles de afectados. Martínez aclara que eso se corrigió con la legislación vigente, iniciativa del actual Gobierno, que determina al banquero como banquero y nada más. (I)

Fuente: El Telégrafo.

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