La carretera se encuentra obstruida por un derrumbe. La actividad productiva es afectada.
El cierre de la vía Loja-Zamora por un deslave de magnitud en el sector
El Limón está ocasionando nuevos problemas al sistema de transportación
de personas y de mercadería, así como otras actividades relacionadas
como el caso del turismo.
El deslave se registró el domingo sorprendiendo, entre otros, a un grupo
de españoles que había viajado desde el norte del país para conocer la
provincia amazónica, quienes tras permanecer por un par de horas varados
en la carretera no tuvieron más opción que regresar a Loja al
considerar que no existían las condiciones para continuar la travesía.
“Mi apreciación es que no hubo coordinación y seguridad, se vino la
montaña abajo y la gente cruzaba sin saber lo que les esperaba porque
tenía que llegar a Zamora sí o sí”, comenta asombrada Ana Escamochero
Iglesias, turista española, quien lamenta que por las condiciones de la
carretera se pierda el deseo de conocer esa ciudad que se la habían
recomendado por muchas razones.
Enrique Paniagua destaca que se hace bastante peligroso transitar por la
vía sobre todo cuando está lloviendo, pues la mayoría de taludes se
encuentran junto a la carretera y puede desprenderse material de forma
inesperada como en este caso en el que la magnitud del deslave hizo que
se pierda la mesa de la carretera, sin dejar opciones a la gente más que
aventurarse y travesar a pie por el fango, vegetación y piedras, a
riesgo de su propia seguridad, lo cual continuó hasta ayer, pues ni
vehículos livianos y de transporte pudieron cumplir con el recorrido.
Ángel Jiménez, presidente de la Cooperativa Nambija, asegura que las
constantes interrupciones de la carretera los ponen contra las cuerdas,
pues tienen obligaciones en los bancos y con las casas comerciales que
les proveen de repuestos y no pueden cumplir al no poder trabajar con
normalidad, pues considera que se cierra la vía incluso por
deslizamientos menores.
En el caso que se registró el domingo destaca que al menos se permitió
realizar el trasbordo lo que les facilita al menos no dejar de trabajar y
a la gente tener una opción a costa de su propio riesgo. Wilfrido Paz,
administrador de la Terminal Terrestre de Loja, confirmó que el despacho
de las unidades ha sido normal durante la última jornada.
En el caso del transporte de mercadería, la situación de la carretera
les obligó a tener paciencia. Antonio Carrascal, quien llevaba una carga
desde Guayaquil, permaneció desde las 06:00 hasta pasado el mediodía
parado en el redondel del barrio El Calvario, sin más opción que esperar
con tranquilidad al reconocer que se trata de un caso de fuerza mayor.
El transportista no obstante indicó que “esto genera atraso en la
entrega de la mercadería, pierde otros viajes porque no se cumple con el
tiempo que uno tiene programado, de verdad para todos es una molestia
este asunto”, ante lo cual consideró que se debe poner más énfasis en la
limpieza de los derrumbes. (CAB)
Tome nota
La vía antigua entre Loja y Zamora no sirve en esta ocasión como alternativa debido al sitio en donde se presentó el derrumbe.
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