Jorge Flores trabajaba en el Consejo de la Judicatura en Guayaquil, cierto día, se pasó de bueno y decidió darle posada a una hermosa mujer venezolana, con el pasar de los días ella trajo a vivir a su hermano y a la mujer de él.
Los tres armaron un plan para matarlo; sin piedad una madrugada lo ahorcaron asfixiándolo. Lo dejaron muerto y se llevaron todos los enseres y bienes de su apartamento. Su bondad le costó la vida. Este es otro caso de venezolanos que asesinan a un hombre por brindarles ayuda y posada.
Fente: EFE
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