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sábado, 8 de julio de 2017

Ecuatoriano encuentra a su familia luego de 29 años gracias a La Hora

“Solo recuerdo el último partido de fútbol en el parque frente a la casa blanca. 14 horas después me encontraba en medio de gente rubia”. Los padres adoptivos lo apoyaron en los estudios como a sus otros hijos biológicos, ahora es un profesional en petróleos.

En 2016 decidió buscar los documentos de adopción. “Desde que vi mi fotografía de niño publicada en un periódico que se llama La Hora, todo empezó a caer en su lugar”, expresó Luis Santiago.

POR: Wilson Chamorro R.

IBARRA. Si en algún tramo del tiempo te encuentras solo, hay que aceptarse como es, creer, soñar y amar para sentirse vivo. Ninguna tormenta podrá derribar la fuerza cultural que une a una familia. La vida es hermosa y muy corta para pasarse sufriendo la mayor parte del tiempo: hay que volver a nacer desde la tierra.

“Nunca borré de la mente el nombre de mi madre Virginia y de mi hermana Gloria. Ahora no tengo dudas que estuvimos conectados hasta en los sueños”, dice Santiago, quien luego de 29 años de haber sido ‘prestado’ localizó a su familia.

Ahora vive en Noruega, no entiende mucho español pero dice sentir que volvió a nacer tras encontrar a su familia, en el otro lado del continente donde está en este momento, luego de investigar y ver en Internet varias notas periodísticas de La Hora con reportajes sobre una familia de Ibarra que buscaba a su hijo.

Recupera su identidad

Con el consentimiento de sus padres, la familia extranjera lo llevó desde su humilde hogar, cuando solo tenía cuatro años. Después de 29 años, la vida le dio la oportunidad de poner en orden su memoria, recuperar su identidad y a su pueblo, localizado en La Esperanza, parroquia del cantón Ibarra, con 8.000 habitantes que se autodefinen como karankis. Asentados en las faldas del volcán Imbabura, a 3.2 kilómetros de la cuna de Atahualpa, luchan por más identidad como pueblos históricos.

Cuatro meses después el padre viajó a Quito con la partida de nacimiento del niño. En la capital, comentó su madre, “mi esposo pudo ver a mi hijo desde una terraza de un edificio, porque no le permitieron acercarse”.

Un año después, entregaron la única fotografía. “No tenemos más, porque para nosotros era muy costoso pagar al tradicional fotógrafo que trabajaba en el parque de la parroquia”, recuerda Virginia.

En la remembranza de su madre se grabaron los recuerdos de su quinto hijo, que no volvía a la humilde cocina arreglada con bancos de madera rústica, colocados alrededor de la tulpa, donde los hermanos se abrazaban en las noches de intenso frío.

En el sector La Susana, barrio San Pedro, a unos 200 metros de la calle Galo Plaza, encontrará la casa techada con tejas que producen en la zona. Todavía continúa de pie sostenida por sus estructuras de tapias, bareque, barro y con las hábiles manos de su familia. De nuevo acogerá al hijo de este entrañable pueblo de grandes saberes y cultura.

Huellas

Sus padres y hermanos nunca descansaron hasta encontrar los rastros de Luis Santiago. El 13 de agosto de 2015, tres mujeres llegaron hasta la redacción de Diario La Hora en Ibarra.

La atención en la sala de reuniones inició. Nadie quería tomar la palabra, hasta que Gloria dejó la timidez: “En La Hora se publicó una nota de Juan Sebastián Ibarra Zaldumbide, quién a los 35 años llegó a la ciudad procedente de Estados Unidos. Nosotras tenemos la sensación que se trata de nuestro hermano al que mis confiados padres lo prestaron a una familia de extranjeros, hace unos 27 años”.

Atentas, escucharon que se trataba de otra historia, no la de su hermano, aunque era similar. A Juan Sebastián, explicó el periodista, lo encontraron abandonado en las orillas del río Ajaví, pocas horas después que había nacido. Un hombre que caminaba por el sector, cubierto de matorrales, lo recogió y lo entregaron al Hospital San Vicente de Paúl.

Bill Hower y Linda Faufard lo adoptaron. A la edad que tiene, regresó con sus padres. Ni en Imbabura ni en Ecuador encontró a sus familiares. (La nota sobre Juan Sebastián Ibarra Zaldumbide se publicó el 12 de agosto de 2015, en la Página A19)

Surge una nueva historia

En la parroquia sabían las necesidades por las que atravesaba la familia Carlosama Amaguaña, conformada por sus padres Luis Carlosama Brucil, María Virginia Amaguaña Molina y sus siete hijos: Juan Enrique (43 años), María Gloria (41), Luis Alberto (39), Miguel Ángel (33), Luis Santiago (32 años), María Natividad (30) y Jorge Fabián (29).

Una señora que conocía ese hogar habría contactado a los padres adoptivos. Una mañana llegaron hasta la parroquia y acudieron a donde la familia Carlosama Amaguaña. La mujer blanca, con ojos claros, explicó que ellos quieren ayudar a uno de los niños dándole lo necesario. El compromiso fue traerlo a que visitara a su familia y a su querido perro ‘Clavel’, con quien Luis Santiago jugaba la mayor parte del tiempo.

Los recuerdos y los irrenunciables lazos afectivos han permanecido íntimos en el corazón de Luis Santiago, por más de 29 años. Ese día que partió, su madre le dio las bendiciones, mientras que los extraños personajes lo tomaron de la mano, caminaron unos metros, lo subieron a un vehículo y desaparecieron del pueblo.

Dinased

A inicios del presente año, un capitán de la Dinased se comunicó con este medio de comunicación para localizar a la familia de Luis Santiago.

En marzo acudimos hasta el domicilio en el sector La Susana. Su madre se encontraba sentada en el patio de su casa, afincada en medio de los sembríos. Minutos después llegó Gloria y contó que un día antes el capitán de Policía estaba averiguando algunos datos. Hasta entonces, las dudas no se habían despejado.

Cancillería

El 7 de junio de este año, Jhadira Aldás, de la oficina de la Cancillería en Ibarra, pidió ayuda al presidente de la Junta Parroquial de La Esperanza, Luis Pupiales, en vista de que hasta la Embajada de Suecia acudió el ciudadano Luis Mikal Thaule, nombre con el que Luis Santiago fue adoptado por una familia de noruega, solicitando apoyo para ubicar a su madre biológica, María Virginia, de 63 años, y a su padre Luis Carlosama de 78. Había manifestado que tiene dos hermanos, Gloria y Miguel Ángel, según lo que recordaba.

El presidente de la Junta Parroquial se comunicó con el reportero que investigó esta nota periodística. El 13 junio acudimos hasta las oficinas en búsqueda de nuevos datos. 10 minutos después ingresaron María Virginia, Gloria, Luis Alberto y su nieto Andrés.

Primera llamada

Una mañana timbró el teléfono de Soledad (nieta). Al contestar, escuchó una voz con un acento diferente: “Yo ser Santiago, hermano de Gloria…”. La joven intuyó y gritó desesperada: “¡Mamá, parece el Santiago!”. Gloria tomó el teléfono y contestó.

“¿Aló, quién es? Yo ser Santiago. No he olvidado nunca tu nombre”.

Gloria cuenta que su cuerpo se estremeció y soltó en llanto. “Hablamos poco, porque no sabe español. Luego le pasé a mi madre para que le diera la bendición”.

Su madre también lloró y su hijo desde el otro lado del continente se quebrantó. Hizo silencio, pero no cerraba la llamada. Después tomó de nuevo el teléfono Soledad, que entiende palabras en inglés.

“A Santiago se lo notaba llorando y se despidió diciendo que volverá a comunicarse”, comentó la joven universitaria a la tía y a su abuela.

“Mi hijo, que Dios lo bendiga, lo extraño y quiero que venga pronto”, fueron las palabras de su madre.

Vendrá en noviembre

La Cónsul de Ecuador en Noruega, Erika Martillo N., realizará el acompañamiento para facilitar que Luis Santiago retorne al país.

“Él puede venir sin necesidad de visa. Los ecuatorianos necesitamos visa para ingresar a 13 países a nivel mundial. Esta no es la situación con Noruega. No conocemos si tiene nacionalidad ecuatoriana, pero estamos investigando en las notarías de Quito”, explicó Jhadira Aldás.

“Esta es mi historia”

Luis Santiago respondió algunas preguntas que las formulamos a través de su cuenta de Facebook, la madrugada del 26 de junio.

Confirmó que en noviembre estará en el país. “Estoy poniendo en orden todos mis documentos y espero no tener inconvenientes para llegar a Ecuador en noviembre de este año”.

El juego de fútbol en un parque que se encontraba frente a la casa blanca a la que fue llevado por los extranjeros es el último recuerdo:

“Siento como si eso fuera en este instante, el sol tibio en mi cara y el viento que sopla desde el sur. No he olvidado a Roberto Moncayo. Él me dio el color negro en mis dedos. Luego volví a la casa blanca donde viví un tiempo y me mantuvieron.

No tengo un orden en mis recuerdos, solo permanecen algunas imágenes por el tiempo que ha transcurrido. Entonces después encuentro a algunas personas blancas. Era en la noche, porque la luz del sol desapareció.

Una foto fue tomada antes que salga en el avión. Luego todo lo que veo son entre 30 y 50 banderas. Todos estaban de pie fuera del avión. Entonces comenzó mi aventura. Días después llegué a donde una familia blanca, pero nunca entendí por qué estaba allí y dónde estaba mi familia. Después de algunos años en Noruega fui a la escuela, la secundaria, la universidad y luego en el trabajo de petróleos.

Siempre extrañaba a mi familia. Estaba solo desde que tenía 16 años. Nunca pude olvidar la imagen de mi mamá Virginia, de mi hermana Gloria, siempre estuvieron girando en mi cabeza.

Después de todo, un día decidí encontrar la paz en la familia noruega y opté por seguir mi propio camino. Como chico de 16 años, solo y sin familia siempre tuve mi Dios que me fortaleció para llevarme a América del Sur. Dios Bendiga el poder de la mente.

En Noruega tuve mis padres adoptivos, hermanos y hermanas. Mi padre es un ministro y mi madre vive en Grecia porque tuvo que moverse a un país más caliente por situaciones de salud.

Cuando tenía 21 años, todo en mi vida estaba allí. Pero no hay familia a mi alrededor. Me decido a buscar mis papeles sobre la adopción. Un cierto día de 2016, estaba en alta mar en mi lugar de trabajo, en una plataforma de petróleos. Ingresé a Internet con mis nombres biológico Luis Santiago Carlosama Amaguaña. La sorpresa fue encontrar la fotografía publicada en un periódico llamado La Hora, cuando solo tenía cuatro años. Desde entonces, todo empezó a caer en su lugar”.

Noruega

Es un país nórdico desarrollado, con una extensión territorial de 385.156 km2 y una población de cinco millones de habitantes. Su idioma es el noruego, pero hablan el inglés. Se encuentra en Europa a unos 10.000 kilómetros del Ecuador, en línea recta.

Es una nación industrializada que cuenta con ingresos provenientes de una producción de dos millones de barriles de petróleo diarios. El ingreso por habitante es de 80.748 dólares por año.

Su alimentación tradicional es el salmón ahumado, trucha fermentada, papas, bacalao seco, carnes y salchichas en conserva, entre otros productos.

FRASES

La fuerza de voluntad y el amor siempre acortará la distancia. Queremos que Luis Santiago regrese a La Esperanza”. Jhadira Aldás - Funcionaria de la Cancillería en Ibarra

Siempre extrañaba a mi familia. Estaba solo desde que tenía 16 años. Nunca pude olvidar la imagen de mi mamá Virginia, de mi hermana Gloria, siempre estuvieron girando en mi cabeza”. Luis Santiago Carlosama Amaguaña.

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