Nació un 10 de diciembre, cuando en el mundo se celebra la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como un presagio de lo que haría toda su vida: defender las libertades individuales y especialmente la libertad de expresión. Galo Martínez Merchán es, por excelencia, un auténtico periodista, fundador de medios de comunicación y expolítico de noble estirpe.
El gestor, mentalizador y director del diario Expreso de Guayaquil por más de 30 años, cedió la dirección del medio a su hijo Galo Martínez Leisker, pero Don Galo -como le dicen sus colaboradores- no ceja en su empeño de hacer periodismo, su pasión y vida. Puertas adentro, sigue siendo “el que tiene la última palabra”, según Nicolás Ulloa Figueroa, quien se mantiene al frente del diario Extra (del mismo grupo Granasa) desde su fundación hace 43 años.
En la política y en el periodismo -separadas una de otra- vio cristalizado su afán de lucha y de servicio anhelado desde muy joven, aún estudiante del colegio Vicente Rocafuerte, llevando la bandera de la rebeldía propia de la juventud y luego al plasmar sus ideas a través de la pluma.
POLÍTICO INTACHABLE
Desde la trinchera política en el velasquismo demostró su capacidad de mediador y luchador, su honestidad y rectitud, ejerciendo los ministerios de Previsión Social, de Industrias y Comercio, y de Gobierno. En cada cargo dejó su huella inextinguible. Como director nacional del velasquismo, Galo Martínez estuvo empeñado con mucho ímpetu en lo que llamaba “la reivindicación del doctor Velasco”, después de su caída en noviembre de 1961.
Tras una dura campaña, en la que tuvo como competidores a Camilo Ponce Enríquez y Andrés F. Córdova, Velasco asume el poder en 1968. Galo Martínez fue electo diputado por el Guayas, cargo al que renunció para asumir el Ministerio de Previsión Social y más tarde el de Industrias y Comercio.
Una vez que terminó su gestión en Industrias, pasó a Ministro de Gobierno por dos ocasiones. En ambas demostró energía, pero también comprensión de las realidades del país. Logró establecer un período de paz, siempre alterado por las frecuentes movilizaciones antivelasquistas, especialmente en organizaciones colegiales y universitarias de Quito.
En plena dictadura del general Guillermo Rodríguez Lara no claudicó y por ello fue recluido en la cárcel de Guayaquil junto a otros grandes velasquistas, quienes hicieron de la prisión la mejor barricada contra la dictadura.
Sus largas horas de encierro las dedicó a pensar en crear un medio de comunicación que abriera las puertas no solo a todas las corrientes de opinión, sino que develara la corrupción enquistada en todos los ámbitos del convivir nacional. Lector empedernido, podría decirse que devoraba toda publicación literaria, analítica y de cualquier índole que llegara a sus manos, pasión que hoy en día ha mermado por situaciones personales.
Pese a que estudiaba Derecho, desde sus años mozos fue un auténtico periodista y fundador vocacional de medios de comunicación, entre los que se encuentran la revista Amazonas, los periódicos El Tiempo, La Nación y el tabloide La Razón, un vespertino guayaquileño que tuvo gran aceptación, al que renunció y vendió sus acciones para asumir el Ministerio de Gobierno en el último velasquismo. Martínez Merchán siempre tuvo claro que la política y el periodismo son incompatibles.
Aunque encerrado todavía, la germinación del diario Expreso seguía adelante y es así como el medio aparece un 25 de julio de 1973. Un año más tarde nace Extra y el 23 de agosto de 1982 funda el Diario La Hora, que luego vendió. También contribuyó a la fundación del periódico El Clarín, de Babahoyo.
La necesidad de un organismo colegiado que aglutinara a los medios de comunicación, lo llevó a fundar la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos (Aedep), de la cual fue presidente en dos ocasiones.
Esta organización le entregó el premio Aedep a las libertades Juan Montalvo 2016 por su trayectoria en la vida pública y en la dirección de Granasa, empresa editora de Expreso y Extra.
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