La alegría se contagió entre los niños que deseaban a punta de palazos ganarse una olla encantada.
El público en general disfrutó de los momentos agradables en la tarde del domingo 17 de julio de 2016. Mientras en la cancha secundaria los adultos disfrutaban del voley, en la cancha principal los niños y niñas hacían de las suyas con el juego de las ollas encantadas.
No todos los niños se llevaron el premio, que consistía en una olla encantada, ya que tenían 4 opciones de golpear con un palo y derribarla, para podérsela llevar. Al final todos se reían por la bonita experiencia del juego infantil.
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