El 1 de Mayo es el Día Universal del Trabajo, fecha escogida para celebrar en Portoviejo la VI Convención Nacional del Movimiento Alianza PAIS (AP), en la que se elegirá a sus principales dirigentes y se iniciará un proceso serio de reestructuración y fortalecimiento, a tono con los nuevos tiempos.
AP culmina victoriosa una primera gran etapa de su existencia, con importantes logros de su gobierno, el de la Revolución Ciudadana (RC), dirigido por Rafael Correa Delgado, con esfuerzo y dedicación patriótica, en beneficio del pueblo.
Como nunca antes en la historia del país se ha desarrollado una gran tarea de cambios socioeconómicos y políticos en forma sostenida, con inmenso apoyo popular, expresado en doce elecciones consecutivas, hasta el reciente triunfo de Lenín Moreno y Jorge Glas, a toda la derecha unida, que, como se sabe, contó con el apoyo de la banca y la prensa ‘independiente’; y el imperio, que desató desde Miami una campaña perversa utilizando toda clase de elementos corruptos.
Con seguridad, en la Convención, Rafael Correa será reconocido y homenajeado por su labor y Lenín Moreno asumirá junto a Jorge Glas y se espera que, con otros compañeros de experiencia, probados en la lucha, como Ricardo Patiño, Gabriela Rivadeneira, Paola Pabón, Gustavo Baroja, Fander Falconí, sean seleccionados, junto a otros en territorios y frentes, con apoyo y reconocimiento político y social, para la conducción del movimiento, organización de masas que debe, en forma inmediata, ajustar su organización y armonizar -democratizándola- su funcionamiento.
AP tiene la gran tarea de reajustar su línea política, planes y programas, y apoyar, coordinadamente, en esta nueva etapa, al gobierno de Lenín que a su vez ajustará planes, consolidará políticas e impulsará reformas como la agraria, urbana, laboral y del conocimiento; y aprobará, en acuerdo con diversos sectores, para superar la coyuntura difícil, un plan emergente, sin descuidar los objetivos de apuntalar la producción y sostener las políticas sociales redistributivas, defensa de la soberanía, construcción del poder popular, el Estado democrático y avanzar hacia el Buen Vivir.
La agenda de la RC, su gobierno y su base política (AP), demanda no solo convicción democrática, sentido de inclusión, sino un inmediato ajuste de su política de alianzas para incorporar o reincorporar organizaciones políticas y sociales progresistas que contribuyan al cambio positivo y defiendan lo ganado en esta década.
Los colectivos de trabajadores, indígenas, pueblos y nacionalidades; campesinos, mujeres, jóvenes, profesionales, hombres y mujeres de la cultura y otros tienen mucho que aportar, por lo que deben fortalecerse, revisar sus planes de trabajo y formas de acción. AP debe contribuir a este objetivo.
No se debe olvidar que, si bien el reconocimiento al nuevo gobierno se ha universalizado y el lloriqueo oligárquico y de grupos violentos ha cesado, la conspiración es una constante en los planes del imperio y sus órganos de desestabilización política en la región (CIA, CIDH, SIP y ONG, etc.) con una agenda clara, como el que aplicaron en Cuba, Nicaragua y aplican ahora en Venezuela; ya lo han hecho también en Honduras, Paraguay, Brasil, Argentina, Bolivia y en Ecuador. Para ello cuentan con agentes y testaferros locales. AP debe -una vez más- con amplitud convocar a la defensa de los principios de la verdadera democracia, libertades y derechos humanos; de nuestra soberanía, recursos naturales y el ambiente, avanzar en el cambio de la matriz productiva, fortalecer la economía social solidaria, estimular la participación ciudadana consciente, consolidando los avances en salud y educación públicas, seguridad social y ciudadana, vivienda popular. Cerrar filas frente a la corrupción y redoblar esfuerzos por la integración solidaria en el marco de la Patria Grande Bolivariana. Toda una gran tarea a la que contribuiremos, como desde sus inicios, decididamente, los bolivarianos alfaristas.
Fuente: www.eltelegrafo.com.ec
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