Los Shuar, milenaria agrupación humana que como ente disperso a lo largo y ancho de la Amazonia, ha dejado a través del tiempo un legado generacional y cultural rico en tradiciones, leyendas y otras actividades como la caza y la pesca que les han permitido subsistir hasta los actuales días.
Su vestimenta acompañada de adornos coloridos, la fabricación de armas para la defensa y los utensilios para el trabajo, las técnicas para cultivar la tierra, su gastronomía, sus conocimientos en arquitectura para la construcción de casas, su estructura organizativa, y su lengua son las potencialidades de los Shuar.
Los hombres y mujeres shuar tienen unas habilidades sorprendentes. Las mujeres fabrican ollas y vasijas con arcilla de barro, confeccionan aretes, gargantillas, manillas, coronas, utilizando plumas de aves y semillas de plantas. Con las cortezas de árboles y los bejucos elaboran canastas y bolsos. Conocen a la perfección las técnicas para sembrar la yuca, plátano, cacao, naranjilla, y más productos que sacan al mercado. El arte culinario ha hecho que la exquisitez de la comida shuar sea conocida en todo el Ecuador.
Actualmente, están estructurados organizativamente dentro de la Federación Provincial de la Nacionalidad Shuar de Zamora Chinchipe, la gente del Alto Nangaritza, ha conformado la Asociación Tayunts, que políticamente les ha permitido mantener su cultura ancestral
El Shuar Chicham, que es su lengua materna se ha fortalecido a través de la Dirección Intercultural Bilingüe (Hoy Distrito 19D02-CCNP-E).
Sin embargo es sustancial es sustancial escribir que los ciudadanos ecuatorianos estamos en la obligación de entender que la nacionalidad Shuar, tiene sus propias creencias, su propia cosmovisión de la vida y que por todos merece ser respetada, e incluso valorada en su contexto histórico y tradicional.
Como comunidad shuar, conocen y tratan a la naturaleza con mucho respeto. Desafortunadamente los gobiernos de turno no han tenido la voluntad de darle la importancia que requieren.
En la actualidad, los shuar tienen muchas necesidades insatisfechas como los servicios básicos: agua potable, alcantarillado, energía eléctrica, vías, acceso a los medios de comunicación, entre otras.
Es evidente la carencia de políticas públicas que conlleven a brindarles el apoyo que necesitan, pues resulta evidente que muchos de sus valores ancestrales sólo se están quedando en las mentes de los ancianos shuar que hoy son muy pocos, y que mañana ya no estarán.
Las diferentes instituciones del Estado deben aplicar políticas emergentes sobre este sector poblacional para que la relación entre los shuar y la naturaleza les permitan vivir con dignidad y calidad.
La mayoría de los ciudadanos shuar no han tenido la oportunidad de concluir sus estudios secundarios. Teniendo sus propios reglamentos han aplicado políticas de equidad para el acceso a la tierra donde puedan vivir y trabajar todos sus miembros.
La educación es una alternativa que ayudaría a paliar los múltiples problemas que tienen. A impulsar los conocimientos ancestrales para que accedan al buen vivir (Sumak kawsay), política promovida por el Gobierno del presidente Rafael Correa.
El pueblo shuar apenas sobrevive, más bien está sufriendo una tragedia humana llena de problemas económicos que traen consigo problemas de salud y más…
Muchas instituciones los toman en cuenta sólo para el folklor y para rellenar los espacios que sobran en los diferentes ámbitos.
Decir que los shuar viven del turismo es una mentira, una burla a su mal vivir porque ellos no han sido preparados para esto, pues protegen la biodiversidad de la naturaleza pero este sacrificio no se refleja en el bien común.
Se necesitan acciones concretas que fomenten la inclusión educativa y laboral de los jóvenes shuar, solo una verdadera revolución de políticas públicas les otorgará beneficios colectivos que favorezcan la vida de quienes parecen personas echadas al olvido.
Han sido excluidos de copar espacios tanto en lo público como en lo privado. Se debe entender que este país es de ciudadanos mestizados, es decir, producto de una variada mezcla de culturas.
Pensar que el hecho de ser de origen shuar es una limitante para desarrollarse como persona y profesional, es digno de reproche, pues la valía de un ser humano no se mide por su color de piel sino por el coraje de superar las derrotas previas y alcanzar el objetivo propuesto.
En tanto que a pesar de abrir sus brazos a los demás hermanos mestizos, en su mirada se nota la tristeza y el dolor de su propia realidad. Una realidad inmisericorde.
Sí, es bonito escuchar de sus mitos, sus cuentos, leyendas, historias, supersticiones, de sus placeres, gastronomía, de sus viajes a través de la Natem o del floripondio. Pero y la esencia de la vida misma.
¿Dónde está la educación para ellos?
Esa educación que les permita integrarse al grupo cultural de un país rico en nacionalidades, aún están esperando las comunidades. La inclusión en el ámbito laboral, para que accedan a los verdes dólares que les permita comprar y satisfacer sus necesidades.
Una educación que les permita conocer sus derechos y obligaciones, para que los mismos no les sean negados como hasta ahora, y cumplan con el propósito de sumarse para aportar con la Patria, que es de todos los ecuatorianos y ecuatorianas.
Al shuar en nuestro pais los han demostrado de un valor critico, sobre esto aprovechar los vienes ancestrales,lo cual me maniefiesto actualmente disernir y sofisticar para que hay mayor fluidez de los compromisos dando el mejoramiento potencial en sus requerimientos..de derechos de la patria como mejores ciudadanos que demuestran su realidad.
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