Albert Rivera intentó emplear el debate de EL PAÍS, que este lunes le midió con Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, para lanzar el mensaje de que Ciudadanos ofrece las reformas y las propuestas necesarias para "regenerar España" y solucionar los efectos, dijo, de "la locura del PP y el PSOE". Sin embargo, el candidato de la formación emergente vio cómo Sánchez le obligaba a cambiar el paso al equipararle constantemente con “la derecha” del PP para intentar detener la sangría de votantes socialistas que ahora se plantean votar a Ciudadanos. "No estoy de acuerdo con que Albert Rivera sea de derechas. Albert Rivera es de lo que haga falta", remató Iglesias.
más información
Duro cruce de reproches entre Sánchez, Rivera e Iglesias
Sánchez, a Rivera: “Eres de derechas”
Las alternativas para combatir el paro dividen a los candidatos
Los momentos clave del debate
Rivera, a solo una décima de la victoria en las elecciones generales, según una encuesta de Metroscopia para este diario, empezó el debate al ataque. El presidente de Ciudadanos se ha convertido en el político mejor valorado por los españoles, según los sondeos, gracias a que ha conseguido convencer a la mayoría de electores de que ocupa el centro ideológico. Sánchez se esforzó en destruir esa imagen de moderación y equilibrio con continuas referencias al programa de su formación.
El candidato socialista empleó varios argumentos para intentar asociar a Ciudadanos con la derecha. Así, recordó la alianza que firmó el partido con Libertas (“de extrema derecha”, dijo Sánchez) para las elecciones europeas de 2009; criticó sus propuestas económicas y laborales; y aludió a la promesa electoral de Rivera de no introducir nuevos copagos para financiar la sanidad pública, dándole la vuelta a ese compromiso para afirmar que si Rivera es presidente mantendrá los copagos actualmente existentes en las comunidades autónomas.
"Los copagos están en las comunidades gobernadas por el PSOE y el PP [en sanidad, les obliga un real decreto del Gobierno de Rajoy]", contestó el presidente de Ciudadanos. Rivera insistió en sus propuestas —"España no hay que romperla, hay que reformarla. No podemos estar todos los días debatiendo lo que somos, tenemos que centrarnos en lo que queremos ser"—; afeó a los socialistas las promesas incumplidas por anteriores Gobiernos; y a Iglesias sus cambios de opinión.
Las críticas del candidato socialista, que llegó a acusar a Rivera de "mentir", provocaron respuestas en su homólogo de Ciudadanos. “Te lo inventas”, le contestó en una ocasión. "¡Vaya nivel", ironizó en otra. "Es lamentable", dejó como corolario sobre una de las afirmaciones de Sánchez.
Rivera, el único de los candidatos con corbata, compareció con gesto serio, tenso. Quiso llevar el timón del debate. Al igual que Sánchez, durante uno de los descansos conversó con uno de sus asesores de confianza, Fernando de Páramo, diputado autonómico catalán y su secretario de comunicación. Frente a un Pablo Iglesias relajado, que a veces actuó de árbitro pero acabó sumándose a las críticas a Rivera, el candidato de Ciudadanos intentó trasladar en muy breve tiempo toda la batería de propuestas que recoge su programa, atacando al bipartidismo.
Tentáculos de PP y PSOE
"El modelo del PP y el PSOE ha sido un fracaso", afirmó el líder de Ciudadanos, que propuso clarificar las competencias de las Autonomías en la reforma de la Constitución, cerrar el Senado y el Consejo General del Poder Judicial. “El PP y el PSOE se dedican a echarse la culpa el uno al otro", añadió. "En lugar de volver a la locura de PP y PSOE, hay que traer propuestas". Y remató: "El problema que tenemos es una partitrocracia con tentáculos muy amplios. Ciudadanos quiere darle nuevamente el poder a la sociedad civil".
El debate en EL PAÍS marca un punto de inflexión en la carrera política de Rivera. Fue la primera muestra de lo que significa estar tan bien posicionado en las encuestas. Como dijo él mismo en la previa: "Ser la diana de todos".
más información
Duro cruce de reproches entre Sánchez, Rivera e Iglesias
Sánchez, a Rivera: “Eres de derechas”
Las alternativas para combatir el paro dividen a los candidatos
Los momentos clave del debate
Rivera, a solo una décima de la victoria en las elecciones generales, según una encuesta de Metroscopia para este diario, empezó el debate al ataque. El presidente de Ciudadanos se ha convertido en el político mejor valorado por los españoles, según los sondeos, gracias a que ha conseguido convencer a la mayoría de electores de que ocupa el centro ideológico. Sánchez se esforzó en destruir esa imagen de moderación y equilibrio con continuas referencias al programa de su formación.
El candidato socialista empleó varios argumentos para intentar asociar a Ciudadanos con la derecha. Así, recordó la alianza que firmó el partido con Libertas (“de extrema derecha”, dijo Sánchez) para las elecciones europeas de 2009; criticó sus propuestas económicas y laborales; y aludió a la promesa electoral de Rivera de no introducir nuevos copagos para financiar la sanidad pública, dándole la vuelta a ese compromiso para afirmar que si Rivera es presidente mantendrá los copagos actualmente existentes en las comunidades autónomas.
"Los copagos están en las comunidades gobernadas por el PSOE y el PP [en sanidad, les obliga un real decreto del Gobierno de Rajoy]", contestó el presidente de Ciudadanos. Rivera insistió en sus propuestas —"España no hay que romperla, hay que reformarla. No podemos estar todos los días debatiendo lo que somos, tenemos que centrarnos en lo que queremos ser"—; afeó a los socialistas las promesas incumplidas por anteriores Gobiernos; y a Iglesias sus cambios de opinión.
Las críticas del candidato socialista, que llegó a acusar a Rivera de "mentir", provocaron respuestas en su homólogo de Ciudadanos. “Te lo inventas”, le contestó en una ocasión. "¡Vaya nivel", ironizó en otra. "Es lamentable", dejó como corolario sobre una de las afirmaciones de Sánchez.
Rivera, el único de los candidatos con corbata, compareció con gesto serio, tenso. Quiso llevar el timón del debate. Al igual que Sánchez, durante uno de los descansos conversó con uno de sus asesores de confianza, Fernando de Páramo, diputado autonómico catalán y su secretario de comunicación. Frente a un Pablo Iglesias relajado, que a veces actuó de árbitro pero acabó sumándose a las críticas a Rivera, el candidato de Ciudadanos intentó trasladar en muy breve tiempo toda la batería de propuestas que recoge su programa, atacando al bipartidismo.
Tentáculos de PP y PSOE
"El modelo del PP y el PSOE ha sido un fracaso", afirmó el líder de Ciudadanos, que propuso clarificar las competencias de las Autonomías en la reforma de la Constitución, cerrar el Senado y el Consejo General del Poder Judicial. “El PP y el PSOE se dedican a echarse la culpa el uno al otro", añadió. "En lugar de volver a la locura de PP y PSOE, hay que traer propuestas". Y remató: "El problema que tenemos es una partitrocracia con tentáculos muy amplios. Ciudadanos quiere darle nuevamente el poder a la sociedad civil".
El debate en EL PAÍS marca un punto de inflexión en la carrera política de Rivera. Fue la primera muestra de lo que significa estar tan bien posicionado en las encuestas. Como dijo él mismo en la previa: "Ser la diana de todos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario